Proceso Jorge Bravo
En un país altamente sísmico como México, siempre debemos estar alertas para responder de manera inmediata y efectiva ante desastres. Nunca está de más recordar la importancia que tienen las tecnologías, las telecomunicaciones y las comunicaciones de misión para salvar vidas, principalmente en zonas densamente pobladas o con infraestructuras vulnerables.
Los terremotos y los desastres naturales devastadores son cada vez más frecuentes y afectan a comunidades enteras. Estos eventos siempre han puesto a prueba la capacidad de respuesta de las redes de telecomunicaciones, porque todos queremos comunicarnos con nuestros familiares para conocer su situación.
En un mundo cada vez más conectado, la necesidad de comunicaciones confiables y resilientes durante y después de un terremoto o desastre es esencial.
Las comunicaciones de misión crítica son sistemas de telecomunicaciones fundamentales para la seguridad pública y la respuesta ante emergencias de toda índole. Consiste en garantizar el intercambio de información vital entre los profesionales de seguridad pública y protección civil, así como entre éstos y la ciudadanía, durante y después de un sismo.
En un país que sufre de terremotos y huracanes como México, estas redes deben mantenerse operativas incluso en las condiciones más adversas. Todas las tecnologías son importantes a la hora de responder ante una emergencia. Se utilizan por igual redes de radiocomunicación, de banda ancha móvil y satelitales seguras, confiables e interoperables con las redes comerciales.
Japón es el país más propenso a los terremotos y ha desarrollado sistemas de alerta temprana que envían advertencias a los ciudadanos antes de que se sienta un movimiento telúrico que pueda representar un riesgo significativo para la población. También ha desarrollado tecnologías como los amortiguadores sísmicos o los edificios flotantes para reducir el daño estructural.
El país asiático cuenta con una extensa red de sismómetros y acelerómetros distribuidos a lo largo del país que monitorean constantemente las vibraciones sísmicas en tiempo real. Cuando se detecta un terremoto, los datos se transmiten rápidamente a los centros de procesamiento de información, donde se analizan para determinar la magnitud y la ubicación del sismo con ayuda de la Inteligencia Artificial.
La alerta temprana consiste en detectar las ondas sísmicas primarias, las primeras en llegar a la superficie y que no causan daños, para avisar a la población y a las autoridades antes de que lleguen las ondas secundarias, las cuales provocan los movimientos fuertes del suelo. Así, se puede ganar tiempo para evacuar, resguardarse o activar protocolos de emergencia.
Si el evento es lo suficientemente fuerte, en segundos se genera una alerta temprana que se emite en forma de mensajes de texto SMS en los teléfonos móviles, alertas en radio y televisión, anuncios en carreteras y a través de sirenas públicas en las áreas de más riesgo. Las alertas también se transmiten a través de aplicaciones móviles y sistemas de notificación de emergencia en los smartphones.
La velocidad en la distribución de la alerta es crucial para dar tiempo a las personas, los sistemas de protección civil y las infraestructuras críticas para que se preparen.
La alerta temprana en Japón proporciona información importante como la intensidad prevista del temblor, la ubicación del epicentro y una estimación del tiempo que falta para que el terremoto alcance una ubicación específica. Esta información permite a las personas tomar decisiones informadas para protegerse.
Precisamente, uno de los avances más importantes en la detección de terremotos es el uso de redes de sismógrafos con sensores de alta sensibilidad distribuidos por todo el mundo, los cuales registran las ondas sísmicas que se propagan a través de la Tierra con gran rapidez y precisión, lo cual permite determinar la ubicación, magnitud y profundidad del terremoto.
Las redes satelitales también son vitales en situaciones de emergencia porque proporcionan comunicaciones veloces y confiables en áreas donde las redes terrestres han sido dañadas o destruidas por un terremoto o huracán. Además, los satélites proporcionan una cobertura global, lo cual las hace ideales para situaciones de emergencia que afectan a múltiples países.
Otra de las innovaciones es la implementación de redes 5G para comunicaciones de misión crítica. La tecnología 5G permite que los equipos de rescate, las agencias de protección civil y de respuesta a emergencias y otros servicios críticos puedan comunicarse de manera más eficiente y confiable cuando ocurre un evento catastrófico.
La Nube, por su parte, permite a las organizaciones acceder a sus datos y aplicaciones desde cualquier lugar, muy importante en caso de que la infraestructura física local se vea afectada por un desastre natural.
Una de las novedades son los llamados “gemelos digitales”, representaciones virtuales de fenómenos o entornos reales basados en datos históricos y actuales. Esta tecnología permite simular escenarios de riesgo sísmico, evaluar el impacto potencial de un terremoto y planificar acciones preventivas o correctivas.
México ha implementado el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) que utiliza 97 sensores de aceleración colocados en áreas sísmicamente activas. Cuando se detecta un terremoto, el sistema emite alertas tempranas a través de sirenas públicas y aplicaciones móviles como SkyAlert, para dar tiempo a las personas para tomar medidas de seguridad.
El Cell Broadcast System permite enviar mensajes de alerta en tiempo real a todos los teléfonos celulares vendidos en el país.
Sin embargo, todavía falta desarrollar una red de comunicación crítica robusta que incorpore esta convergencia de tecnologías desde radiocomunicación, redes móviles, telefonía fija y satélites, además de las nuevas tecnologías emergentes como la Nube y la Inteligencia Artificial, que ahora tiene el potencial de predecir terremotos, su intensidad y ubicación, algo que todos agradeceríamos.