El operador de telecomunicaciones Oi está fuera de la subasta 5G en Brasil, prevista para el primer semestre de 2021, así lo confirmó el vicepresidente de Relaciones Institucionales de la compañía, Eduardo Levy, en una audiencia pública promovida por la comisión 5G de la Cámara de Diputados.
“Es importante señalar que Oi está en proceso de vender su operación móvil, por lo que Oi no participará en la subasta 5G”, explicó.
Esta es la primera vez que un ejecutivo de Oi anticipa la posición negativa de la empresa en la venta de frecuencias que será promovida por la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel), cuyo anuncio está en debate luego de su presentación por parte del relator del proyecto, el consejero Carlos Baigorri, y solicitud de opiniones del Presidente de la Agencia, Leonardo de Morais.
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Incluso con la venta de su operación móvil, algunos analistas habían considerado que el operador podría participar en la subasta, ya sea comprando las frecuencias regionales del espectro destinado a 5G o adquiriendo otras bandas, como la de 26 GHz o incluso de 2.3 GHz, para ofrecer acceso inalámbrico fijo (FWA, por sus siglas en inglés) o servicios 5G fijos.
Un obstáculo para la participación de Oi y otras empresas de infraestructura, que no brindan directamente el servicio al cliente final, es que en la propuesta de licitación, la Anatel requiere que todas estas bandas a la venta se dirijan a licencias de servicio personal móvil, y no sólo para servicio de banda ancha fija. El problema es que los costos de la licencia de servicios móviles son mucho más altos que los de la licencia de banda ancha fija, por lo que las empresas que no atienden al cliente final se desanimarían de participar en la subasta.
Opinión sobre la subasta 5G
A pesar de manifestar la posición de Oi, Eduardo Levy dijo que el operador siempre se ha guiado por la defensa de las subastas de no cobranza, trasladando los valores de compra de frecuencias en la ampliación de la cobertura de los servicios de telecomunicaciones y mejores precios.
“Es importante que los beneficios de una subasta sin ingresos se transfieran al consumidor en términos de cobertura y precio. Las obligaciones que no están directamente relacionadas con el alcance de la subasta gravarán la oferta”, agregó Levy.