Seis características del trabajo en la economía digital

Así como en su momento la máquina de vapor o el teléfono introdujeron cambios importantes a cómo se trabajaba en las fábricas y oficinas, el proceso actual de digitalización trae consigo importantes cambios en la productividad, la apertura de nuevos mercados y una aceleración en la innovación de productos y servicios.

Estas herramientas digitales, que van desde un teléfono móvil conectado a la red de Internet, hasta software que habilita el uso de Inteligencia Artificial (AI), traen consigo múltiples cambios en el ámbito laboral, no sólo para aprovechar los beneficios que puedan tener sobre la productividad, sino para otorgar nuevos beneficios a los trabajadores que ya no tendrían que atarse a los paradigmas de la industrialización del siglo XX. 

En ese sentido, a través de la generación de las nuevas capacidades habilitadas por las tecnologías de la información, ya no es necesario que un trabajador esté atado a una oficina en un horario determinado, se destruyen jerarquías, se permite a un comerciante expandirse más allá de su ubicación geográfica, se optimizan los procesos de producción y se puede crear nuevo valor mediante una gestión abierta y optimizada de los datos y el conocimiento.

Ante estos cambios que suceden de manera espontánea y acelerada, gobiernos y empresas han analizado la adopción de nuevos procesos, reglamentos y leyes que permitan enfrentar los retos de la llamada Cuarta Revolución Industrial, de modo que el valor que pueda aportar a la economía no esté limitado por normas tradicionales, y que los trabajadores puedan beneficiarse tanto en el ámbito laboral como personal.

En América Latina, algunas legislaciones como México, Chile y Colombia ya han adoptado nueva normativa que regula e incentiva la adopción de nuevas modalidades como el trabajo remoto. Sin embargo, aún existen retos a nivel cultural, de regulación y administración que limitan la generación de valor a partir de las herramientas digitales.

1. Se utilizan herramientas y habilidades digitales

Cada vez un mayor número de países reconocen que uno de los mayores retos para el correcto aprovechamiento de las herramientas digitales es el impulso a la alfabetización digital, es decir, que las personas tengan el conocimiento requerido para operar adecuadamente un dispositivo o un programa de software.

Conforme un mayor número de áreas de la economía se digitalizan, se corre el riesgo de que las nuevas oportunidades estén limitadas sólo para aquellas personas que cuenten con las capacidades requeridas por las nuevas labores de la economía digital, tanto en la modernización de áreas tradicionales como la agricultura, hasta la aparición de nuevos puestos en áreas emergentes como la Nube o la Inteligencia Artificial.

Según una estimación de PageGroup, consultora en selección de personal, a finales de 2022 habrá un déficit de 48 por ciento de talento en carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) en América Latina. Es decir, por cada dos puestos creados, sólo hay una persona que lo puede ocupar.

La consultora añade que la región latinoamericana requiere al menos 3.5 millones de profesionales para 2025 para cumplir las expectativas de la digitalización.

2. Se realiza desde cualquier lugar

Ante una mayor disponibilidad de redes móviles, que brindan mayor velocidad y eficiencia, y dispositivos portátiles de mayor capacidad de cómputo, se habilita el acceso a tareas laborales desde prácticamente cualquier lugar del planeta. Ya no es una condición esencial la presencia de los empleados en espacios físicos confinados.

De acuerdo con el Work Trend Index elaborado por Microsoft, la participación de trabajadores híbridos se incrementó en el mundo siete puntos porcentuales durante 2021, hasta un total de 38 por ciento. El mismo estudio encontró que 51 por ciento de los trabajadores que actualmente adoptaron la modalidad híbrida están pensando en adoptar completamente una modalidad remota.

3. Personal bajo demanda

Tendencias como el crowdsourcing y la gig economy han permitido que la demanda de trabajo se adapte de manera más dinámica a las necesidades del mercado, permitiendo a las personas sumarse a distintos proyectos y a las empresas acceder a la mano de obra necesaria en el momento adecuado.

Por ejemplo, durante la pandemia de Covid-19, cuando múltiples industrias se vieron obligadas a reducir drásticamente sus operaciones y, por lo tanto, el número de empleados, la aparición de las plataformas de la gig economy lograron absorber una gran cantidad de desempleados y otras personas que requerían un ingreso extra conforme se incrementó la demanda de servicios como el reparto de alimentos.

Una encuesta de Fedesarollo encontró que durante 2021 más de la mitad (53%) de los colaboradores de las plataformas digitales de transporte y reparto señalaron haberse sumado a esta modalidad por estar excluidos del mercado laboral, contra 33 por ciento reportado en el estudio anterior.

Reveló también que mientras el número de socios que las utilizaban por independencia o flexibilidad se redujo 35 por ciento, se incrementó hasta 21 por ciento aquellos que indicaron utilizarlas para recuperar ingresos o enfrentar una calamidad.

4. Se eligen proyectos libremente

La gig economy no está únicamente presente en las plataformas más conocidas de reparto y transporte, sino que también ha comenzado a expandir sus beneficios hacia labores profesionales y creativas, cuyos oferentes pueden ahora elegir libremente en qué proyectos trabajar.

Gracias a la aparición de las plataformas, las personas ya no están limitadas por cierto tipo de trabajo, su ubicación o ni siquiera por la exclusividad a una plataforma determinada, ahora se cuenta con la elección libre del número o tipo de proyectos en los cuales se quiera colaborar.

Según una reciente encuesta realizada por el Pew Research Center (PRC) en agosto de 2021, 16 por ciento de los estadounidenses han realizado algún tipo de labor a través de las plataformas de la gig economy. De este total, 39 por ciento han realizado dos o más tipos de trabajos.

5. Horarios flexibles

Decenas de encuestas realizadas a los colaboradores de las plataformas demuestran que uno de los principales beneficios que reciben al ofrecer su trabajo bajo esta modalidad es la flexibilidad que ofrecen, en términos de horarios, contratación, o proyectos.

Según una encuesta realizada por el Colegio de México en 2020, los colaboradores de las plataformas afirmaron que lo que más les gusta es la flexibilidad (47%) y el ingreso (28%), mientras que sólo 11.4 por ciento consideró que lo que menos le gusta es la falta de garantías laborales.

El informe del PRC también revela que 94 por ciento de los estadounidenses consideran que las plataformas de la economía colaborativa son una buena manera de trabajar bajo una agenda flexible, mientras que 80 por ciento indicó que brindan la oportunidad de ser “su propio jefe”. 

Entre las plataformas utilizadas por los profesionales independientes, 78 por ciento de los freelancers remotos calificados indicaron que la “flexibilidad de horarios” fue una razón clave para trabajar por cuenta propia, 73 por ciento señala la flexibilidad de ubicación y 73 por ciento dice que trabajar por cuenta propia les permite realizar un trabajo que encuentran significativo.

Aún entre las empresas con empleados de jornada completa o bajo contrato, uno de los principales retos en la digitalización de su fuerza laboral es ofrecer a sus trabajadores algún tipo de flexibilidad, ya que implica importantes cambios a nivel administrativo para su pleno aprovechamiento, tales como desempeño basado en resultados o la adopción de un horario abierto.

El “trabajo asíncrono” describe la práctica que permite a los empleados establecer sus propios horarios de trabajo, sin la obligación de responder inmediatamente, y no depender del horario de sus compañeros para la entrega de tareas.

Sin embargo, el estudio Killing Time at Work ’22, realizado por Qatalog y GitLab, advierte que aún “nos apegamos a las viejas normas, mantenemos las mismas prácticas y adoptamos herramientas que significan que seguimos trabajando como antes”.

La fallida adopción de esta práctica da lugar a vicios como el “presentismo digital”, que es la presión por demostrar que se está disponible y se cumple con el horario laboral tradicional. Según la encuesta realizada por Qatalog, 54 por ciento de los trabajadores señalaron sentir algo de presión para demostrar que están en línea en ciertos horarios del día.

Pese a ello, también existe un 65 por ciento de trabajadores que señalaron tener más flexibilidad hoy en día para decidir cuándo trabajan, en comparación a su horario previo a la pandemia.

6. Abierto e Innovador

“La producción entre iguales y la creación en colaboración no sólo ocurren en comunidades y en redes en línea como Linux y Wikipedia. Cada vez más, los empleados utilizan blogs, wikis y otras nuevas herramientas para colaborar entre ellos y formar comunidades ad hoc con miembros de departamentos y organizaciones distintas”, vaticinaba Don Tapscott en su obra Wikinomics.

Los procesos de innovación en las empresas estaban tradicionalmente limitados a los recursos propios de la propia empresa, ya fueran financieros, de personal o simplemente por la secrecía que se guardaba respecto a sus proyectos futuros.

Actualmente, la aparición de nuevas plataformas para el aprovechamiento del crowdsourcing significa que las empresas ya no están limitadas a sus propios recursos. Ahora pueden acceder al conocimiento de la comunidad para resolver todo tipo de retos, desde la evaluación de un programa de software hasta el análisis de millones de datos que podrían apuntar hacia un nuevo descubrimiento científico.

Múltiples empresas ya se han beneficiado del talento en la comunidad a través del crowdsourcing, donde encuentran ciertos beneficios como mayor libertad de los colaboradores al no estar dentro de la estructura jerárquica; se encuentran nuevos puntos de vista, incluso de áreas fuera de la industria o de la especialidad de la empresa; y disminuye costos y tiempos al no tener que pasar por los procesos tradicionales de contratación.

Es indudable que las Tecnologías de Información y Comunicación han modificado las formas de trabajo. No se trata de una aseveración simple sino de una tendencia que irá agudizándose conforme la conectividad, la digitalización y la adopción tecnológica sea cada vez mayor en las empresas. Sin embargo, las plataformas de Internet ya ofrecen modalidades flexibles y atractivas para trabajar, por lo que se requiere una regulación que reconozca estas opciones y modelos de negocio propios de la economía digital colaborativa.