​​Relación simbiótica que impulsa el ecosistema digital en Colombia: telcos y OTTs

Lejos de la narrativa de confrontación, la realidad en Colombia demuestra otra cosa: telcos y OTTs se necesitan mutuamente. 

Esta relación simbiótica e interdependiente ha potenciado la expansión de la conectividad, la mejora de los servicios y el acceso a más y mejores contenidos para los usuarios. La evidencia también desarma el argumento de que el ecosistema requiere nuevas cargas regulatorias, mostrando que su sostenibilidad se construye sobre las bases de cooperación y diálogo.

La Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) de Colombia publicó recientemente el Estudio sobre el rol de los servicios OTT en el sector de las comunicaciones en Colombia 2024. El documento, elaborado tras consulta pública, aporta evidencia sobre cómo esta relación simbiótica beneficia a todos los agentes y fortalece el ecosistema digital.

Puntos principales 

  1. Las OTT generan negocio para las telcos. El aumento de suscriptores está estrechamente ligado al mayor uso de servicios OTT. Los contenidos impulsan la adopción de planes de mayor consumo, potencia la demanda de conectividad, incrementa usuarios y abonados y se ve favorecido por planes con más capacidad a menor precio (de 25 GB en 2020 a 100 GB en 2024, con una reducción de 77% en el precio por GB).
  2. Mejor desempeño de las redes. Las inversiones en infraestructura de conectividad de los OTT (cables submarinos, Centros de Datos, CDNs, IXPs) optimizan la entrega de contenidos, mejoran la experiencia de usuario y generan ahorros para las telcos. Hoy, 82% del tráfico en Colombia ya se cursa por cachés y peering local, y sólo 12% es internacional, reflejando este impacto positivo.
  3. Tráfico y costos no crecen al mismo ritmo. Aunque el tráfico sigue creciendo en redes fijas y móviles, la tasa anual ha disminuido significativamente (de 103% en 2021 a 10% en 2024). Como manifestó la CRC, esto desvirtúa el argumento de que las plataformas deben pagar por el uso de red, debido a que el incremento del tráfico desborde su capacidad y comprometa la prestación de sus servicios y la sostenibilidad de la industria.

El ecosistema de Internet funciona sobre la base de relaciones e interacciones  interdependientes. Los usuarios contratan conectividad para acceder a contenidos, los operadores amplían su base de abonados gracias a esa demanda, y los OTT invierten en servicios, aplicaciones, contenidos e infraestructura que fortalecen la resiliencia y capacidad de las redes locales e internacionales. Se trata de una relación de beneficios compartidos, donde cada sector aporta desde su rol a la sostenibilidad del ecosistema digital.

La experiencia de Corea: la evidencia

Un informe elaborado por Analysys Mason (junio-agosto 2025) revisa la regulación de interconexión IP en Corea del Sur. En 2016, el país se convirtió en un outlier global al introducir la regulación de tarifas de interconexión IP entre ISPs domésticos bajo el régimen Sender Party Network Pays (SPNP), interrumpiendo un modelo previamente establecido basado en acuerdos comerciales voluntarios y settlement-free.

Principales efectos observados en Corea

  • Distorsión de la competencia: los grandes ISPs cobran peering por defecto, utilizando esos márgenes para subsidiar servicios adyacentes, debilitando a proveedores independientes.
  • Monopolio de terminación: se cobra por encima de los costos, encareciendo el tráfico local y desincentivando la inversión.
  • Infraestructura debilitada: menos cachés, menos IXPs, menor inversión en cables submarinos y Data Centers frente a países vecinos.
  • Menos innovación y pluralidad: se frenaron nuevas inversiones y servicios, OTTs salieron del mercado por los altos costos.

Corea es líder en la OCDE en penetración de banda ancha en hogares, pero ocupa el puesto 11 mundial en velocidad de descarga y muestra mayor latencia que otros países de Asia-Pacífico, debido a un ecosistema de interconexión menos desarrollado. 

Además, el alto costo de cursar tráfico local desincentiva inversiones en Data Centers de IA y cables submarinos, generando oportunidades perdidas. Este modelo desalienta nuevas inversiones en infraestructura crítica de IA y conectividad, comprometiendo el futuro de Corea del Sur como hub digital regional.

El contraste es claro: mientras 99.998% de la interconexión IP global se basa en acuerdos voluntarios settlement-free que incentivan la inversión y la eficiencia, Corea quedó aislada, con menos inversión, menor pluralidad y peor calidad de servicio.

La experiencia coreana debe ser una alerta para la región: la cooperación público-privada ha sido clave para expandir la conectividad, y las cargas artificiales sin evidencia pondrían en riesgo los avances logrados en inclusión digital.

Sostenibilidad: más mito que crisis

Como lo demuestra el estudio de la CRC, el argumento de que los operadores necesitan tasas de red no se sostiene en la evidencia. Los contenidos impulsan la adopción de planes de mayor consumo; muchos operadores incluso subsidian en sus planes el tráfico de las aplicaciones porque les beneficia; y además no hay correlación clara entre crecimiento del tráfico e inversión (CapEx). 

Las cargas artificiales sólo ponen en riesgo la eficiencia y la colaboración lograda durante años con peering, cachés, CDNs y Data Centers que hacen al ecosistema más resiliente.

El camino: cooperación y acuerdos voluntarios

La sostenibilidad del ecosistema digital no depende de nuevas cargas, ni de intervenciones artificiales sin evidencia. Este ecosistema se ha construido durante años sobre la base de acuerdos voluntarios de interconexión que han hecho que las redes sean más resilientes, eficientes y accesibles para los usuarios. Cambiar este modelo pondría en riesgo los avances logrados en conectividad, inversión e innovación. El verdadero camino hacia la sostenibilidad es incentivar la cooperación, promover la inversión inteligente y preservar la apertura y neutralidad de la red, colocando siempre al usuario en el centro.

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