Redes compartidas: el paradigma que vive un nuevo aliento con 5G

5G no sólo trae consigo una revolución tecnológica, sino una transgresión en los modelos de negocios de los operadores de telecomunicaciones, ya que los impulsará a ofrecer nuevos servicios y, al mismo, les demandará cuantiosas inversiones y un esfuerzo mayúsculo en el despliegue de infraestructura, sobre todo al construir la arquitectura independiente (ya no vinculada a 4G).

Para implementar 5G en América Latina, la consultora Statista estima que las seis mayores economías de la región ―Brasil, México, Colombia, Argentina, Perú y Chile― deberán invertir en total 120 mil millones de dólares para llevar el servicio a todo el territorio nacional y con al menos una velocidad uniforme de 50 Mbps.

Otras proyecciones de Raúl Katz, presidente de Telecom Advisory Services, señalan que Brasil, por ejemplo, tendría que asumir un gasto de 22 mil 700 millones de dólares en un escenario de despliegue 5G limitado a las zonas urbanas y suburbanas, y de hasta 139 mil 300 millones en un panorama a nivel nacional.

México debería invertir hasta 118 mil 200 millones de dólares para habilitar la nueva tecnología en todo el país, y únicamente 12 mil 900 millones si sólo lo hace en las ciudades, de acuerdo con Katz.

A este escenario de altos costos hay que sumarle los efectos de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19, que afectó las cadenas de suministros y los ingresos de buena parte de la industria y a la economía global en general.

Se espera que 5G requerirá una instalación de más sitios respecto a 4G, además de mucha fibra óptica y desembolsar en las subastas para adquirir más espectro radioeléctrico.

Frente a este contexto, las empresas del sector buscan diferentes y nuevos enfoques que les ayuden a conseguir un despliegue más rentable y menos complejo. Y uno de los caminos es compartir redes y, por tanto, gastos.

La compartición de redes en distintos niveles no es un tema nuevo, pero 5G lo está intensificando. Existen varias maneras de intercambio: de forma unilateral, mutua, mediante una empresa conjunta, que uno de los actores sea el proveedor de servicios del otro, y varias otras derivaciones que se añaden según los acuerdos entre los operadores.

En diversas partes del mundo, las compañías del sector están buscando asociarse con otras para construir redes 5G de forma más eficiente. El Organismo de Reguladores Europeos de Comunicaciones Electrónicas (BEREC) calcula que las empresas pueden ahorrar entre 16 y 35 por ciento en inversiones y gastos operativos.

Cuando se trata de un convenio de compartición de red activa, pueden economizar incluso hasta 45 por ciento en inyecciones de capital y hasta 33 por ciento en los costos de operación. Este se ha vuelto un horizonte muy atractivo para la industria.

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China y su éxito al compartir 5G

En China, el país con mayor cobertura 5G del mundo, los operadores han tejido alianzas para acelerar el despliegue de la nueva tecnología sin vaciar sus bolsillos. Desde 2019, China Unicom y China Telecom acordaron construir 5G de manera conjunta: se dividieron las inversiones por regiones con el fin de disminuir costos y ser más eficientes al encargarse cada uno sólo de una parte de la operación a nivel nacional.

Un año después de la firma de su convenio de cooperación, que incluye el uso compartido de espectro, las compañías reportaron que habían alcanzado una reducción de 30 por ciento en el gasto de capital y de 35 por ciento en los gastos operativos. Y esto se tradujo en que en el 2020 lograran un ahorro acumulativo de inversión de unos 11 mil 700 millones de dólares.

China Mobile y CBN también decidieron integrar un frente común. A principios de 2021, las empresas terminaron de afinar los detalles de su acuerdo de colaboración en 5G. CBN tendrá acceso a la nueva red de China Mobile y a las redes antecesoras, pagando tarifas de uso, debido a que el operador de televisión está en proceso de convertirse en un proveedor móvil.

En paralelo, ambas asumirán las inversiones que requiere ampliar el alcance de la red de quinta generación usando la banda de 700 MHz. El convenio durará hasta diciembre de 2031 y será gradual, de manera que CBN se bajará del 2G, 3G y 4G de su socio a medida que avance en la comercialización a gran escala.

Las respectivas duplas que conformaron las empresas las impulsaron a conquistar más rápido el mercado 5G. China Mobile y China Telecom, las dos firmas más grandes del país, alcanzaron un total de casi 169 millones y 97.17 millones de suscriptores 5G, respectivamente, hasta enero de 2021. En tanto, China Unicom consiguió 70 millones 830 mil abonados.

Además, la nación asiática es una de las líderes en la implementación de 5G a escala global, en términos de cobertura, estaciones instaladas y la capacidad ofrecida a los usuarios. Por ello, para el 2025 China tiene la ambiciosa meta de conseguir un alcance total de 5G, incluso en las zonas rurales o de más difícil acceso.

Los europeos buscan alternativas

Una cantidad significativa de operadores en Europa se están inclinando por acuerdos para compartir redes. En la región existen 400 jugadores que compiten por un ARPU (ingreso promedio por usuario) bajo en comparación con el que hay en Estados Unidos o China, lo que desincentiva y dificulta las inversiones que necesita el ecosistema, y en especial tecnologías como 5G.

Lo anterior ha orillado a buscar alternativas, mientras a la vez actores importantes de la industria esperan que la regulación favorezca la consolidación del mercado. Por ello, el Presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, ha enfatizado en varias ocasiones que el escenario actual europeo no necesita demasiados operadores que inviertan poco.

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Suecia

Quizás los más anticipados a la compartición de 5G han sido Tele2 y Telenor en Suecia. El diciembre de 2016, firmaron un convenio para construir la red de quinta generación, el cual fue una extensión de su colaboración en las redes anteriores a través de su empresa conjunta Net4Mobility.

En enero de 2021, compraron espectro en la banda de 3.5 GHz que ya activaron en su red 5G. Para finales de 2023, los socios suecos buscan conseguir una cobertura casi completa en el país (99%).

Reino Unido

En julio de 2019 en el Reino Unido, Telefónica y Vodafone firmaron un convenio de compartición activa de redes 5G. Además, extendieron su colaboración en los elementos pasivos a 2 mil 700 sitios en las ciudades más grandes, pero en donde tienen la flexibilidad de instalar equipos de radio propios, conexiones de fibra y suministro eléctrico diferente.

España

Vodafone y Orange ampliaron su cooperación tecnológica en España en 2019 para abarcar también 5G. Las empresas pactaron una compartición activa del despliegue de 5G en poblaciones de hasta 175 mil habitantes, mientras que en las grandes ciudades cada uno seguirá un camino individual.

La idea de los operadores es mantener sus estrategias de red en ciudades de mayor densidad, donde no podrían obtener los mismos resultados de eficiencia. Además, han preservado su respectivo espectro y gestionan sus servicios y las redes centrales de forma diferenciada.

Italia

Durante el mismo año, Telecom Italia y Vodafone signaron un acuerdo para el intercambio activo de 5G en poblaciones de hasta 100 mil personas, con la finalidad de agilizar el despliegue de 5G “a un costo más bajo y con un impacto ambiental menor” en áreas urbanas y rurales.

En ciudades italianas más grandes, los operadores decidieron implementar la infraestructura de red activa de forma independiente. Además, mantienen una gestión separada del espectro, del control y la funcionalidad de la red, y de sus respectivos productos y servicios.

Fastweb y Wind Tre también optaron por integrar un equipo estratégico en el mismo año. Durante una década, las compañías acordaron compartir la red de backhaul y acceso de radio para admitir servicios 5G. La red conjunta es administrada por Wind Tre y se prevé que para 2026 alcance una cobertura de 90 por ciento de la población.

Dinamarca

Luego de su colaboración en Finlandia, Telenor y Telia asumieron la implementación de una red compartida en Dinamarca. En alianza con Nokia, en marzo del año pasado anunciaron el despliegue de la red que admite una función de red central de múltiples operadores (MOCN), habilitada para las tecnologías inalámbricas de 2G a 5G.

Ambas expresaron que avanzar hacia 5G de manera individual hubiera sido muy costoso y una duplicación de esfuerzos. En cambio, la asociación les permite entregar nuevas ofertas comerciales de quinta generación más rápido, optimizada y de forma más sostenible y competitiva.

El convenio permitió a Telenor y Telia comercializar servicios 5G desde finales de 2020 en algunas zonas del país. La nueva tecnología llegará a más ciudades a medida que cuenten con un mayor acceso al espectro en diferentes bandas.

Taiwán

Si bien en Europa se ha observado una tendencia creciente a compartir redes y estos son sólo algunos casos, también países de otras regiones del mundo han desplegado la nueva tecnología mediante alianzas. En Taiwán, a principios de marzo de este año, Asia Pacific Telecom y Far EasTone (FET) obtuvieron luz verde de las autoridades para compartir el ancho de banda en 3.5 GHz.

La primera empresa tendrá acceso al espectro de la segunda por 20 años, y a la red en la que ya ha invertido FET, pagando una cierta tarifa. Los operadores taiwaneses aprovecharon la reciente entrada en vigor de la Ley de Gestión de Telecomunicaciones en 2020, la cual posibilita que los competidores construyan redes conjuntas y convengan un uso flexible del espectro.

Los intentos fallidos

Aunque compartir la implementación de 5G tiene varias ventajas, también presenta serios desafíos. En Francia, Orange y Free Mobile habían estado negociando por varias semanas para llegar a un acuerdo para compartir redes en áreas de menor densidad poblacional.

Pero las conversaciones no prosperaron. Orange dijo que las estrategias de despliegue que ambas partes estaban pensando eran incompatibles, por lo que decidió no seguir adelante.

Orange se ha concentrado en construir 5G en el espectro de 3.5 GHz, mientras que Free Mobile lo ha hecho poniendo énfasis en la banda de 700 MHz. Aunque las compañías no lo especificaron, probablemente el enfoque sobre qué espectro era el centro del camino fue un punto fuerte de la divergencia.

La cooperación en las redes es cada vez más común en la última década; sin embargo, los actores de la industria enfrentan un enorme desafío para coordinar dos o más visiones distintas en un acuerdo y resolver cualquier discrepancia, como lo ejemplifica el caso de Free Mobile y Orange.

Todo el proceso de vinculación implica concordar en modelos de gobernanza; cómo repartir las inversiones y los riesgos; la recepción de las recompensas para cada una de las partes; los procesos para resolver conflictos, entre otros factores, de acuerdo con el informe Uso compartido de redes en la era de 5G de la consultora internacional Arthur D. Little.

Además de la negociación, otros desafíos que se presentan ante el intercambio de redes es el marco regulatorio en diferentes mercados. Las autoridades de varios países ya cuentan con normatividad enfocada en promover la compartición, pero aún existen componentes en la mesa de discusión. Por ejemplo, en América Latina la combinación de espectro no está permitida, aunque podría ser otra línea de oportunidad.

Los beneficios que genera la compartición de infraestructura se expresan, sobre todo, cuando los acuerdos se hacen de manera voluntaria entre los operadores, como lo muestran los ejemplos en China y Europa. 

Por tanto, los reguladores deben facilitar y brindar las condiciones adecuadas para ello, pero sin caer en la sobrerregulación o en esquemas normativos demasiado rígidos que, por el contrario, pueden afectar las inversiones al retraer los incentivos al despliegue privado de infraestructura y a la renovación tecnológica.

También el ecosistema 5G está atrayendo a nuevos jugadores ajenos a los operadores de telecomunicaciones, quienes buscan implementar redes privadas 5G para asegurar un entorno más fiable y seguro de conectividad. Algunos incluso están adquiriendo espectro. Y el reto del sector será llegar a acuerdos con estos nuevos participantes, para establecer convenios que beneficien a ambas partes y posibiliten aprovechar al máximo el recurso escaso del espectro.

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