Si bien no será el primer país en licitar espectro para 5G en América Latina, Colombia quiere distinguirse del resto por crear la propuesta más atractiva y novedosa para el mercado al integrar a su futura ‘red compartida’ en las condiciones de la subasta por la banda de 3.5 GHz.
El Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) planea lanzar ambos proyectos paralelos en diciembre de este año, con la visión de lograr un equilibrio a favor de la asignación de frecuencias sin fines recaudatorios y apoyar la transformación digital del Estado y el aparato productivo.
Walid David Jalil Nasser, viceministro de Conectividad, quien lidera la estructuración del proyecto en la cartera digital del gobierno junto a la Ministra Karen Abudinen, explica a DPL News que la “red compartida” ―cuyo nombre recuerda al modelo mexicano que opera Altán― será una empresa de Asociación Público-Privada (APP) con 51 por ciento de participación del Estado y 49 por ciento en manos de privados.
La idea del Ministerio TIC es que la red compartida opere con 100 MHz en el espectro de 3.5 GHz para brindar capacidad mayorista en las zonas rurales del país, aquellas a donde no resulta rentable el despliegue de infraestructura para las compañías de telecomunicaciones.
“Al colocar en la subasta esta red compartida, le vamos a dar la opción a los operadores de entrar al concurso a través de dos rutas: una es la tradicional, en la que se le da el espectro a nivel nacional con unas obligaciones de cobertura en las zonas rurales”.
“La segunda opción es dar únicamente el espectro en las zonas que son comercialmente viables y nos vamos todos juntos a hacer obligaciones de cobertura; todos hacemos una bolsa y con esos recursos desplegamos la infraestructura en esos lugares (rurales)”, detalla el viceministro.
De esta manera, la expectativa es que todos los participantes deberán tener Roaming Automático Nacional, para solventar, a su vez, un problema que el gobierno ha identificado: los operadores no están haciendo acuerdos de itinerancia entre ellos, sino que “se está sectorizando el país por operador y eso no es saludable para nuestros ciudadanos”.
¿Por qué esta propuesta sería atractiva para la industria? El viceministro puntualiza que optar por formar parte de la red compartida será más viable en términos técnicos y financieros para las compañías, pues podrán pagar precios menores de espectro y aportarán recursos para implementar infraestructura que les beneficiará para habilitar casos de negocio no sólo para usuarios finales, sino especialmente dirigidos a los sectores verticales.
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Asimismo, expresa que los planes de unir el concurso 5G a la red compartida se hicieron tomando en cuenta la actual situación económica de la nación, el proceso de recuperación económica tras los estragos de la pandemia, las afectaciones a la economía de los hogares y, por supuesto, el impacto negativo que se ha observado en los ingresos de los operadores.
Walid David refiere que por eso serán los proveedores quienes, luego de hacer los cálculos financieros, verán que la alternativa de obtener espectro regionalizado y subirse a la red compartida será lo más provechoso. “Nosotros no podemos obligar a nadie a pertenecer a una red compartida (…). Si ellos siguen los principios de las teorías de juego, lo más seguro es que todos se vayan por la opción de regionalización más la opción de compartir”, confía.
La apuesta de 5G: impulsar a las industrias
En las ciudades, los operadores tendrán “garantizado un retorno de inversión” con su despliegue individual, pero en los poblados apartados la tecnología 5G llegará de la mano de la red compartida. El viceministro aclara que la APP no se enfocará en 4G, porque de eso se encargarán las empresas que adquirieron espectro en la licitación de diciembre de 2019 y, con ello, compromisos de cobertura rural.
“La parte de 4G ya la tenemos cubierta con la subasta de 2019. 5G es totalmente diferente y no demanda obligaciones sobre la red compartida de la manera como sí la generaría una 4G, porque la 4G sí va directo al beneficio del ciudadano, porque ahí sí va a percibir un gran cambio entre 2G y 3G y 4G y sus necesidades de comunicación”.
“5G tiene unos beneficios mayores que de pronto no van a ser perceptibles para el ciudadano normal. Esto lo queremos aprovechar más para el desarrollo de nuestras ciudades y el desarrollo de nuestra industria, tanto la que está en la zonas urbanas como en las zonas rurales”, comenta.
Según los esbozos que está trazando el Ministerio, la red compartida será un mecanismo para respaldar la transformación digital de los diversos sectores productivos, y buscará crear demanda mientras se construye de forma orgánica la oferta de infraestructura.
El Viceministerio de Transformación Digital, cuyo timón acaba de asumir Iván Durán, se encargará de fomentar la adopción de 5G en el aparato productivo y entre los gobiernos locales, “mirando hacia la inteligencia de las ciudades a través de Internet de las cosas” y de otras tecnologías innovadoras.
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“Vamos a hacer mesas en esta semana con el Ministerio de Industria y Comercio, el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Transporte, para ver de qué manera apoyamos la logística interna del país para abaratar los costos de los productos y que Colombia se vuelva más competitivo en exportación”, adelanta Walid David.
Y agrega que industrias como la de agricultura, la petrolera o la minera “se pueden tecnificar y usar la telecomunicaciones para poder ver qué es lo que está pasando (en sus operaciones), y ver cuáles son los cuellos de botella, dónde tienen que invertir sus recursos para volver más eficiente sus negocios”.
Para promover la transformación digital usando de trampolín a 5G, el viceministro de Conectividad señala que se basarán en los resultados de los pilotos de la tecnología de quinta generación que se aprobaron en el país, los cuales utilizaron la banda de 3.5 GHz para explorar nuevas soluciones y casos de negocio.
La sombra del fracaso en América Latina
¿Cómo logrará el éxito el modelo de red compartida que busca concretar Colombia, y qué lo diferenciará de otros proyectos con participación del Estado que muestran signos de fracaso en América Latina, como el de Perú y México?
El viceministro de Conectividad asegura que la APP del país del vallenato se alejará de las dolencias de la experiencia latinoamericana, porque el MinTIC ya estudió los casos de estos países y otros más para entender cómo funcionan y a qué retos se enfrentan, con el fin de plantear un esquema nacional viable.
“Lo que hicimos fue mirar todos los modelos, los ajustamos a la realidad colombiana; vimos de qué manera podría ser viable de acuerdo a los retos que aprendimos que ha tenido cada una y sacamos el mejor modelo para hacerla sostenible a través del tiempo”, explica Walid David.
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El Ministerio analizó el modelo de la Red Compartida de México, cuya operación está a cargo de Altán Redes. Hace un par de semanas, el consorcio anunció que solicitó un concurso mercantil para poder reestructurar sus compromisos financieros, en medio de las complicaciones que ha presentado para alcanzar sus objetivos de cobertura.
Mientras tanto, por las mismas fechas, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones de Perú dio por terminado el contrato de APP de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica con Azteca Comunicaciones. El gobierno tomó la decisión como una medida urgente para buscar reorientar el proyecto, ya que a la fecha sólo se aprovecha 3.2 por ciento de su capacidad de infraestructura instalada.
Proveniente de este mismo país, el viceministro dice que el MinTIC se reunió con los líderes del proyecto de Internet para Todos (IPT) para comprender cuál es su modelo de funcionamiento y los desafíos que enfrenta.
IPT es una iniciativa de Telefónica, Facebook, BID Invest y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) que brinda cobertura móvil rural en Perú. Funciona con un esquema mayorista y con el intercambio voluntario de infraestructura, pero no posee espectro radioeléctrico.
Tras estudiar estos casos, y acercarse especialmente a IPT, el funcionario afirma que la red compartida colombiana “va a ser totalmente independiente, hará sus planes de negocios y tienen que ser financieramente viables”.
“Su modelo y operación debe dejar un margen; la renta que se dará a los operadores tiene que ser equivalente al margen que va a tener cubriendo todos los costos, y dejando margen a la empresa para seguir haciendo inversiones y continuar creciendo la red compartida”.
En cuanto al financiamiento de la APP, Walid David expone que “no hay aporte de recursos por parte del Estado en este modelo, a excepción de cuando la red compartida se esté implementando y el gobierno o alguna de sus entidades tenga una necesidad específica”.
Cuando alguna entidad pública quiera habilitar algún servicio de conectividad 5G, podrá entregar los recursos de manera directa a la red compartida para que se encargue del despliegue, porque la participación del Estado en la APP permite no recurrir necesariamente a un proceso de licitación pública.
Los fondos para la red compartida vendrán entonces de la subasta de espectro 5G. “Como lo tenemos estructurado actualmente, como en esas zonas (rurales) no vamos a subastar el espectro a los operadores, entonces el aporte del espectro que tiene un valor lo haría el gobierno”.
“Nos quedaríamos con el 51 por ciento; sacaríamos la valoración de ese espectro, y eso es lo que equivale a la mayoría en la entidad de economía mixta. Se calcula entonces, a partir de ese valor, el 49 por ciento y los privados aportarían el capital a esa empresa. Con esos recursos se empezará a implementar la red compartida”.
Serán condiciones Open RAN e IPv6
Otra de las grandes novedades que traerá la subasta 5G empaquetada con la red compartida será que el Ministerio TIC pondrá la condición de usar la tecnología Open RAN (red de acceso de radio abierta) y el protocolo IPv6 en el despliegue de sus redes de quinta generación en el espectro de 3.5 GHz.
Walid David sostiene que “este tipo de tecnologías va a abaratar los costos, y también será mucho más competitivo este mercado de provisión de tecnología 5G”, por lo que espera que sea una motivación más para desarrollar las nuevas redes y servicios de forma sostenible.
En Colombia, Tigo ya está implementando 362 sitios rurales 4G con Open RAN. Hay varios actores de la cadena de suministro del sector a nivel global que ven valiosas oportunidades en ella, e incluso se han formado organizaciones como la Open RAN Policy Coalition. Sin embargo, todavía se trata de una tecnología relativamente nueva y está en una etapa temprana de expansión, por lo que igual hay cautela en las apuestas.
Por otro lado, el MinTIC quiere que el país avance hacia IPv6 lo más pronto posible. Para el 30 de junio de 2022, se prevé acabar con la transición a este protocolo de Internet entre las entidades estatales y territoriales. Dado que ya no existen direcciones IPv4, también busca incentivar que el sector privado acelere la migración.