Aunque cada día se fortalecen los controles de ciberseguridad a nivel empresarial, industrial y personal, la vulnerabilidad de la Isla parece ofrecer “las oportunidades” para que el fraude financiero se convierta en un riesgo mayor, el cual sigue creciendo cada día en todas sus modalidades.
En Puerto Rico, durante el primer trimestre de 2020 se registraron 29 millones de intentos de ciberataque.
Según expertos en el campo, en la medida en que se intensifica la fiscalización, el fraude -como si fuese un virus- se muta e impacta a todo el sector económico. La modalidad que más está creciendo es la de robo de identidad, la cual según los datos de la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) experimentó un abismal crecimiento a nivel de los EE.UU. -incluyendo a Puerto Rico- de 2,920%, impulsado principalmente por los beneficios y ayudas ofrecidos por el gobierno federal a causa de la pandemia de covid-19.
Aunque Puerto Rico no cuenta con estadísticas que evidencien el crecimiento en ese segmento a causa de las ayudas federales, Eduardo González Green, examinador certificado en fraude, no descartó que se experimente la misma tendencia alcista. Ello lo sostuvo en vista a la avalancha de querellas de fraude al programa de Asistencia de Desempleo Pandémico (PUA, por siglas en inglés), que las entidades gubernamentales estiman podría alcanzar los 20,000 casos, así como las 187,000 solicitudes fraudulentas identificadas por el Departamento de Hacienda de personas que pretendían cobrar las ayudas del estímulo federal por el covid-19.
Según datos provistos por Evertec, el 21% de los casos de fraude, equivalente a 1,663, fue por hurto de identidad, en la modalidad de acceso a información sensitiva como el seguro social o la fecha de nacimiento, con la cual los perpetradores accedieron a fondos y ayudas gubernamentales.
Antuam Traverso, gerente de Productos de Manejo de Riesgo y Fraude de Evertec, señaló a EL VOCERO que en 2020 las pérdidas relacionadas alguna modalidad de fraude ascendieron a $8 millones, promediando unos $384 por víctima, cifra poco más elevada que la registrada en los EE.UU., donde se promedió unos $311 por víctima. En dicho año se registraron en los EE.UU. unos 4,720,743 casos de fraude, frente a 3,244,844 que se registraron en 2019.
Acorde con Traverso, solo el 4% de los perpetradores logró evadir la ley. “Ante esquemas cada vez más complejos, se siguen sofisticando las tecnologías que facilitan el acceso para poder identificar al perpetrador y poder presentar cargos ante la ley y el orden”, acotó.
Sin embargo, González Green no coincide con esa cifra por varias razones. Entre ellas mencionó que en muchos de los casos la misma víctima no lo sabe, en otras ocasiones la víctima no lo encausa, sea por vergüenza de haber sido timada o porque tiene techo de cristal y evita seguir un pleito legal. Asimismo, mencionó el alto costo de los procesos, la información disponible es mala y no permite rastrear al causante y el alto costo de fallar en el proceso, entre otros.
“Aunque existen procesos para atajar los delitos electrónicos de manera mucho más eficientes que antes, no creo pueda alcanzar un 96% de procesamiento de los perpetradores. Entiendo se ha avanzado en algo, pero por mi experiencia no alcanza esos niveles”, apuntó el examinador.
Un ejemplo en el que se pudieron burlar todos los procesos lo representó el caso del Departamento de Hacienda con los estímulos federales por el covid-19. No empece que pudieron detener el esquema de fraude a tiempo, 12,000 solicitudes burlaron los filtros de la agencia y estas personas alcanzaron a cobrar $11 millones de manera ilegal. Este fraude —que inició a finales de 2020— consistió en llenar solicitudes para las ayudas económicas utilizando nombres falsos y números reales de seguro social, cuyos datos coincidían con los registros del Servicio de Rentas Internas federal (IRS) y Hacienda.¿Quiénes son los más vulnerables?
Contrario a lo imaginado, los jóvenes entre las edades de 20 a 29 años suelen ser las principales víctimas de fraude con un 44%. Según Traverso, esto responde a la gran accesibilidad que poseen a la tecnología y a que no tienen reparo alguno en notificar a las agencias concernientes la situación de fraude.
Mientras, la población de 70 a 79 años constituye el 20% de las víctimas de fraude. Esa cifra inferior responde, según el ejecutivo de Evertec, a que muchos no tienen acceso para utilizar los canales para reportar el incidente. “También esta envuelto el factor humano. A esa edad les da vergüenza haber sido timados, como igualmente temen que se pueda volver a repetir”, acotó Traverso.¿Qué se puede hacer para protegerse?
Para Traverso, la prevención del fraude recae en controles físicos y controles educativos. “En el 85% de los casos la fuga de información genera el fraude. Ese deseo de mantenerse informado lleva a proveer información y ser víctima del fraude. Si te hablan de una manera efectiva para mejorar tu crédito, te ofrecen ofertas poco creíbles o te llaman de agencias solicitando información sensitiva, todas ellas son alertas y todas envuelven el elemento humano”, enfatizó.
Como estrategias de prevención mencionó no abrir correos electrónicos ni archivos adjuntos de fuentes sospechosas, utilizar la autenticación multifactor (SMS, push, email u otros), mantener actualizado el software antivirus, eliminar cualquier solicitud de información financiera o contraseñas y establecer los filtros de correo no deseado en un nivel alto.