En el pasado quedarán las autorizaciones médicas físicas para realizar cirugías vitales a las personas en lugar de tomar reposo y recibir la autorización sin el estrés de la previa aprobación. Todo el papeleo que hasta hoy se mantiene y lo abrumador que puede ser la pérdida de algún documento será parte de la prehistoria que la identidad digital y la interoperabilidad prometen.
Datos como el número de identificación, las condiciones médicas, la imagen, los gustos, viajes hechos o por realizar, antecedentes bancarios y judiciales, y hasta las amistades de cada individuo habitan en algún lugar de Internet. Esa información ayuda a que cada persona tenga una identidad y no, no es tan privada como quisiéramos.
Estos datos que, de nuevo, ya habitan en el ciberespacio, pueden ser interpelados para garantizar la protección de la información y crear un ecosistema digital en el que la información de cada persona llegue a donde debe llegar.
En noviembre de 2023, la Presidencia española cerró el acuerdo del reglamento para crear una identidad digital europea única y segura, “que tiene como objetivo garantizar el acceso universal de las personas y las empresas a una identificación y autenticación electrónicas seguras y fiables”, explican los documentos.
Para ello, los Estados miembros de la Unión Europea estarán obligados a emitir dentro de los 24 meses posteriores a la entrada en vigor al menos una cartera de identidad digital europea (European Digital Identity Wallet), que serán voluntarias para los ciudadanos y empresas en forma de aplicaciones móviles.
“Dichas carteras digitales permitirán a ciudadanos identificarse digitalmente, almacenar y compartir un sinfín de datos identificativos, credenciales y atributos de identidad, tales como el permiso de circulación, titulaciones académicas, cuentas bancarias o recetas médicas. También permitirá la firma digital y controlar con quién y en qué condiciones se comparte esa información personal a terceros”, reza el comunicado.
Aunque se trata de un primer paso, para todo el continente, es una decisión vital que permitirá la interoperabilidad de la información de los ciudadanos para optimizar trámites y procesos de identidad que antes tomaban demasiado tiempo.
Iniciativas de identidad digital del sector privado
Además de las iniciativas públicas que mantienen a la UE como referente en temas de identidad digital, las empresas privadas alrededor del mundo proveen tecnologías que apalancan su desarrollo.
IBM ha estado involucrada en proyectos de identidad digital y ha trabajado en soluciones de cadena de bloques como Hyperledger Indy, diseñado específicamente para la gestión de identidad. Así como Microsoft, que incorpora Microsoft Identity, el cual brinda soluciones de identidad y acceso en la Nube como Microsoft Azure Active Directory.
Desde una visión más descentralizada existe Sovrin Foundation, una red de identidad basada en tecnología Blockchain que establece estándares abiertos para la identidad digital y la interoperabilidad. Algo muy similar hace OpenID Foundation que trabaja en estándares de identidad digital abiertos, incluido OpenID Connect, que es un protocolo de autenticación y autorización.
Retos en el desarrollo de la identidad digital
Durante 2024, las tecnologías y soluciones que ayudan al desarrollo de la identidad digital tendrán un fortalecimiento importante que se apalanca en tecnologías como Blockchain.
Esto se debe a que la ampliación de cobertura de conectividad por medio de redes 5G, por ejemplo, se convertirá en un habilitador necesario para el desarrollo de soluciones y para la interoperabilidad que espera un sistema como este.
En este sentido, el primer reto del mundo frente a la identidad digital consiste en ampliar su cobertura de red.
Atendiendo lo anterior, se requiere un fortalecimiento de la privacidad y la protección de los datos que se encuentran en línea. De no ser así, puede convertirse en una nueva brecha para ciberataques. Desde esta perspectiva, el uso ético de los datos es vital para garantizar la integridad de estos sistemas.
Además, será necesario incorporar tecnologías emergentes, como la Inteligencia Artificial (IA), el Aprendizaje Automático y la biometría que contribuyan a brindar soluciones de identidad digital de vanguardia y ayuden a mejorar la autenticación y la verificación de las operaciones.
La cooperación y colaboración global permitirán que países de todo el mundo adopten tecnologías como esa basándose en las experiencias de otros territorios. Contar con lineamientos éticos globales de adopción puede facilitar la interoperabilidad a sectores específicos y la protección de la ciudadanía.
