
Vaya que Twitter ha dado de qué hablar en los recientes meses. Pasó de ser la plataforma de la información y la libertad de expresión a ser la más incierta de las redes sociales. Ya se ha oído, visto y leído que las grandes empresas que invertían en esta red social, como General Motors o Pfizer, han preferido retirarse del juego para no poner en riesgo su dinero, lo que vino a desestabilizar aún más a la ferviente reina digital del diálogo público.
Realizar una proyección, por muchas cifras que haya, resulta un tema complicado en el caso de esta red social, pues su futuro está sujeto en manos de un magnate que nunca ha dejado muy claros sus planes. Discursivamente, todos podríamos darle una oportunidad y creer lo que él mismo ha dicho de que busca hacer de ella la “plaza común digital” que permita “ayudar a la humanidad”.
Sin embargo, en este punto no sabemos si nos encontramos frente a un héroe incomprendido o un villano de telenovela. Elon Musk es la clase de hombres que hace negocios impulsados por sus motivaciones más oscuras y misteriosas, pero también su intuición. Así, el empresario e influencer del mundo tecnológico ha buscado penetrar en los más ambiciosos lugares, pero siempre sustentado en sus gustos y pasiones.
Creó cohetes para conocer y dominar espacios aún no habitados por la especie humana (Space X); ha realizado constantes y múltiples esfuerzos por llevar conectividad a todos lados, sin que las barreras terrestres lo impidan (Starlink); ha incursionado en el mundo de la automatización y la Inteligencia Artificial (IA) mediante automóviles eléctricos de alta gama y elevados estándares tecnológicos (Tesla); además de una compañía que busca revertir el camino de los seres humanos a ser obsoletos en algún punto de la historia, mediante implantes/chips cerebrales que estimulen la actividad neuronal (Neuralink); sin olvidar su empresa dedicada al ahorro de tiempo de creación de vías bajo tierra para el transporte subterráneo (The Boring Company).
Este hombre busca negocios tras un sentimiento de asombro por algún tema. En este caso, le motivó la libertad de expresión para decidirse a comprar Twitter, aunque no fue una compra muy redituable, pues invirtió 44 millones de dólares en la compra, y está perdiendo 4 millones de dólares al día.
Ante ello, Musk también arrancó con el despido masivo de casi 5 mil empleados para ajustar sus finanzas; todos fueron informados a través de correos electrónicos. Lo anterior forma parte de su plan de recorte en la estructura para ahorrar costos, además de dejar en la compañía únicamente a los mejores empleados de sus áreas.
¿Por qué es importante esta red social? Twitter se ha convertido en un espacio para la difusión de ideas, información y sentimientos por parte de los usuarios. No es la más utilizada a nivel mundial, pero sí es la más influyente en el discurso público. Tan es así, que incluso algunos medios de comunicación retoman los tuits de las figuras públicas como fuente primaria de información.
Muchos de los usuarios de la red social de microblogging la utilizan para informarse sobre el acontecer cotidiano, otros tantos como plataformas para protestar por sus derechos y por justicia, y algunos más por expresar sus estados de ánimo o pensamientos del momento.
De acuerdo con Pew Research Center, en esta plataforma se postean más de 500 millones de tuits por día, equivalentes a 6 mil por segundo. Muchas de las agencias informativas hacen uso de este medio para informar a sus audiencias sobre el Breaking News o las noticias más relevantes, por lo que más allá de ser una red de ocio, es una herramienta de difusión y, en muchas ocasiones, construcción del conocimiento.
Para 2023 no hay un futuro 100 por ciento claro y certero para la app del pajarito azul, pero todo parece apuntar a que será un completo desastre. Muchos señalan a Mastodon como “la nueva Twitter”, pero lo cierto es que el lugar que ocupa esta red social será difícil de llenar.
Statista ya señalaba un aumento de los usuarios activos en la plataforma, donde claramente se observa un crecimiento exponencial. Pero las últimas acciones del empresario ponen en alerta a quienes hacen uso cotidiano de la red social.
¿Qué pasará con Twitter?
Primero hay que dejar en claro que las decisiones, personales o profesionales, de Elon Musk como único directivo de la compañía, serán las que definan el rumbo de la red social. No obstante, ante las manifestaciones y hechos que han surgidos en las últimas semanas, propongo tres escenarios posibles:
1. Para el primero hay que recordar que el 4 de octubre de 2022 Elon Musk tuiteó: “La compra de Twitter es un acelerador para crear X, la aplicación de todo”, lo que nos hace pensar que la adquisición fue sólo el inicio de otra de las compañías con las que él busca “ayudar a la humanidad”, pero en la que aseguró que desarrollarla le tomaría de tres a cinco años.
Debido a ello, una de las posibilidades para la red de microblogging es que cambien completamente la imagen y el concepto de Twitter, para llevarlo a ser “X, the everything app”. Aquí las personas y organizaciones que usan esta red deben comenzar a explorar, como plan preventivo, otros medios para comunicarse con sus audiencias, pues aún no sabemos qué es lo que “la app del todo” tendrá para los usuarios.
2. El segundo escenario, y el que más esperamos todos, es que, a pesar de los arranques e impulsos repentinos del ahora dueño de la red social del diálogo público digital, ésta se mantenga tal y como está y no genere grandes cambios que, en lugar de apoyar a los usuarios, los perjudiquen con consecuencias como la desinformación o una “libertad de expresión” que se vuelva totalitaria e, incluso, peligrosa.
3. Una predicción, que no hay que desdeñar, es que las deudas de Elon Musk, la pérdida de compañías inversionistas y la falta de un plan congruente entre el discurso y los hechos, podrían dejar Twitter en bancarrota. Esto podría traer consigo la desaparición de la app del pajarito azul, aunque honestamente no pienso que 2023 sea el año en el que, si ocurre, lo presenciemos.
Sin lugar a dudas, el mundo de las redes sociales estará muy atento en los siguientes meses, pues veremos llegar un año en el cual sabremos si Twitter toma el camino de la resurrección, o se avienta directamente al precipicio. Hay que esperar y ver si realmente los planes del millonario salen como él quiere, o termina por llevar a la sepultura a una de las redes sociales más importantes de nuestra era en la construcción del discurso público.
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