En el marco de la Cuarta Revolución Industrial (4RI), las tecnologías emergentes, y en particular la Inteligencia Artificial (IA), se han convertido en factores de transformación económica en diferentes sectores y regiones del mundo, incluidos los gobiernos.
En este caso, diferentes organizaciones públicas están empezando a implementar esta tecnología para mejorar el cumplimiento de sus funciones en áreas como la analítica predictiva, la administración de operaciones y servicios, y la gestión del riesgo.
El estudio “Impacto potencial del uso de la inteligencia artificial en el empleo público en América Latina” del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) considera algunos de los beneficios principales del uso de la IA en el gobierno.
El primero es la posibilidad de aumentar la capacidad de trabajo de las organizaciones públicas, pues la IA permite procesar grandes cantidades de datos en poco tiempo, por encima de las capacidades de los trabajadores.
El segundo es la optimización del trabajo, ya que la IA libera tiempo de los trabajadores asignado a tareas repetitivas, y con esto contribuye a mejorar la calidad, disminuir costos y acelerar los procesos.
El tercero es la expansión del valor, o la posibilidad de hacer las cosas de una forma diferente, pues la IA permite que las organizaciones reorganicen su trabajo para obtener el mayor beneficio de las personas y de las máquinas.
Nuevos desafíos
No obstante, considera que la automatización y la IA han traído también nuevos desafíos para los gobiernos entre los que se encuentra desarrollar una fuerza de trabajo con los perfiles y habilidades adecuados, para adaptarse a la transformación que tendrán los empleos que hoy existen.
Refiere que en Estados Unidos, entre el 20% y el 45% del tiempo de los funcionarios públicos se dedica a tareas que podrán ser automatizadas, y entre el 45% y el 60% de su tiempo corresponde a tareas que podrán ser complementadas por la tecnología.
En el caso de América Latina, asevera que la probabilidad promedio de sustitución tecnológica en los sectores de administración pública y defensa es del 43.2% y que cerca del 30% de la fuerza laboral de las administraciones públicas trabaja en ocupaciones con alto riesgo de sustitución.
El estudio de CAF precisa que estas estimaciones consideran el número de empleos públicos susceptibles de automatización, pero no el número de nuevos empleos públicos que podrán ser creados en el contexto de adopción de la IA, ni el número de trabajadores en posiciones con riesgo de automatización que podrán ser reubicados en otras posiciones gubernamentales.
Recomendaciones
El estudio recomienda a los gobiernos de los países de América Latina avanzar en la implementación de políticas e iniciativas para preparar el empleo público para la adopción de la IA.
Plantea adoptar o consolidar estrategias nacionales de IA, estrategias de ética en IA y políticas de transformación digital del gobierno, que incorporen lineamientos para la preparación del empleo público con objetivos y metas específicas. Recomienda definir modelos de gobernanza y roles de liderazgo en el gobierno para gestionar la preparación del empleo público ante la IA y la 4RI.
Sugiere desarrollar estimaciones oficiales sobre el impacto esperado de la adopción de la IA en el empleo público, en términos de porcentaje de tiempo los trabajadores a ser automatizado, porcentaje de tareas a ser sustituidas o aumentadas, necesidades de reubicación de trabajadores y potencial de creación de nuevos empleos. También propone elaborar diagnósticos sobre las habilidades de los servidores públicos para la IA/4RI, duras (especializadas) y blandas (o sociopersonales).
Igualmente, considera desarrollar estrategias integrales para la formación de talento digital, que abarquen todos los niveles de las organizaciones, con estrategias específicas para segmentos como el equipo directivo, las áreas especializadas (tecnologías de la información y las comunicaciones, ciencia de datos, innovación pública) y las áreas que responden por los objetivos misionales de las entidades.
Destaca la conveniencia de definir e implementar lineamientos y estrategias de cambio cultural y desarrollo de mentalidad para la IA y la 4RI en el sector público, en aspectos como la adaptación al cambio, el pensamiento interdisciplinario, el aprendizaje continuo y el trabajo en equipo.
Priorizar esfuerzos
El estudio de la CAF asevera que para enfrentar este desafío, los gobiernos deberán priorizar esfuerzos en el desarrollo de nuevas habilidades, blandas y duras, en los trabajadores públicos.
A modo de ejemplo, se estima que en los próximos tres años los gobiernos de la Unión Europea tendrán el reto de entrenar cerca de nueve millones de trabajadores en habilidades digitales, habilidades de ciudadanía digital y habilidades blandas tradicionales.
La estrategia de formación de talento digital debe abarcar todos los niveles de las organizaciones públicas, con estrategias para diferentes segmentos de la función pública: el equipo directivo, las áreas especializadas (tecnologías de la información, ciencia de datos, innovación pública) y las áreas de atención, señala el ente multilateral.