Pandemia ratificó la importancia del sector, pero también desnudó las brechas existentes

Que la cuarta revolución sea un barco que, al zarpar, no deje a nadie atrás. Con esas palabras inició Jaime Bellolio, ministro Secretario General del Gobierno de Chile, el panel de Punta Show en el que se discutió el futuro de las telecomunicaciones en la región. Esa frase sería el hilo conductor de la charla en la que se resaltó el rol de la industria en la pandemia, pero en la que también se habló de los desafíos que se presentan, como reducir las brechas existentes.

La palabra equidad se utilizó por momentos en la charla y hubo otros conceptos repetidos, entre ellos la necesidad de constante diálogo y ejecución conjunta de proyectos entre públicos y privados, la importancia de la transformación institucional de las entidades que son parte del sector y la necesidad de poner énfasis no solamente en las nuevas tecnologías, sino en su adopción y uso para el beneficio de las personas, organismos públicos y empresas.

El Ministro de Industria, Energía y Minería de Uruguay, Omar Paganini, habló de la crisis por la Covid-19 como un catalizador para algunos segmentos, como el comercio electrónico o la educación a distancia, pero, al mismo tiempo, lo presentó como un “revelador” de las brechas. “Uruguay tiene índices de conectividad muy positivos. (Sin embargo), en zonas del interior del país notamos problemas, sobre todo a nivel móvil y también en algunas escuelas que presentaron problemas para pasar a la virtualidad”.

En este contexto, Paganini señaló que el país sigue trabajando en mejorar su situación, con más de un 70 por ciento de hogares con fibra óptica y algunos planes específicos para atender zonas rurales. En el corto plazo, agregó, Uruguay avanzará sobre la licitación de espectro compatible con 5G, prevista para el segundo semestre, en la que se usará la cobertura como parte de la cuenta para la adjudicación de bloques. A esto se agrega la idea de transformación institucional de las carteras de gobierno y la implementación de la portabilidad numérica.

Tanto Germán Rueda, viceministro de Transformación Digital del Ministerio TIC de Colombia, como el Presidente del Consejo Directivo del Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones de Perú (Osiptel), Rafael Muente, hicieron hincapié en la necesidad de dar “mayor conectividad a más personas” con herramientas que acompañen la reactivación de la economía y pongan foco en impulsar el talento digital.

Paola Bonilla, comisionada de la Comisión de Regulación de Comunicaciones de Colombia (CRC), habló de los avances del país en la adaptación de la regulación a la nueva realidad: se dictaron 24 medidas con nuevos criterios de simplificación y se dio mayor relevancia al análisis del impacto normativo local, al tiempo que se incorporaron medidas afines a incentivar el uso de canales digitales, entre otros aspectos.

Ana Valero, presidenta del Directorio de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet), coincidió en la necesidad de “trabajar más conjuntamente” entre empresas y gobiernos, y luego habló de los retos que deben asumir las autoridades trayendo a la mesa que 93 por ciento de la población de América Latina vive en zonas de conectividad, pero menos del 70 por ciento accede al mundo digital.

En consonancia con lo que esgrimió el Vicepresidente de Asuntos Corporativos y Relaciones Institucionales de Millicom, Karin Lesina, Valero pidió a los reguladores “garantizar la sostenibilidad de la industria” y mejorar las reglas que corren en materia de tributación, políticas de espectro y certeza jurídica. “La conectividad debe estar en el centro de las políticas públicas”, amplió Lesina.

Durante el foro, los reguladores dieron pistas de lo que asumen como retos inmediatos y volvieron a coincidir en que el sector respondió en tiempo y en forma a las nuevas necesidades y urgencias que trajo la Covid-19. Los operadores mantienen sus pedidos mientras apuntan inversiones al desarrollo de 4G, fibra y se preparan para 5G. “2020 fue angustia, 2021 es esperanza”, resumió Bellolio en un mensaje que parece perseguir la industria, casi como mantra, para lo que vendrá.