La Prensa Yolanda Sandoval
La paralización de la economía durante los primeros meses de la pandemia en 2020, además de las restricciones de movilidad que aún se mantienen en el país, provocaron una crisis laboral con el aumento en el desempleo y la falta de ingresos en miles de familias.
Esto ha dado lugar a la entrega de subvenciones por pandemia que se mantendrán en el 2022, de acuerdo con la información que se desprende del Presupuesto General del Estado para la próxima vigencia fiscal.
Para el próximo año el Gobierno ha destinado $400 millones a la entrega de vales digitales, un bono mensual que forma parte del llamado plan “Panamá Solidario”, que no es más que una transferencia monetaria mensual de $120.
Dicha transferencia para 2022, aunque en menor escala que los presupuestos anteriores (2020 y 2021), se asienta en la planificación financiera del Estado, sin que se contraste con una estrategia concreta para la reactivación del empleo.
Desde abril de 2020 a julio de 2021 se habían destinado $1,244 millones en vales digitales. El monto será mayor cuanto se cuantifique la segunda mitad de este año.
Pero solo considerando esos $1,244 millones, más los $400 millones presupuestados en el 2022, se llega a la conclusión que el Estado estará asumiendo más de $1,600 millones en el desembolso del vale digital en tres vigencias fiscales.
La génesis del problema es que en el 2020, unos 327 mil trabajadores del sector privado perdieron sus fuentes de ingreso, ocasionando la caída del 40% en los ingresos de la Caja del Seguro Social y una severa contracción del consumo estimada en $600 millones mensuales.
El consultor empresarial René Quevedo agrega que cuatro de cada cinco empleos perdidos afectaron a trabajadores con salarios inferiores a $750 mensuales.
Entonces, esta pérdida de capacidad adquisitiva en estratos socioeconómicos bajos está siendo parcialmente mitigada por el bono. “Pero dada la precaria situación financiera del Gobierno, forzado a financiar subsidios y pagar la planilla estatal a través de préstamos, este programa de subvención no es sostenible en el tiempo”.
Sin embargo, su eliminación, sin una estrategia concreta para la generación de empleo, puede generar inestabilidad social en el país, argumentó.
En este tema no hay claridad al final del túnel.
El producto interno bruto panameño crecerá en el 2021 impulsado por las exportaciones de cobre y la recuperación del comercio mundial, pero el sector interno continuará deprimido, condicionado a las restricciones de movilidad en una economía donde 70% de los empleos son presenciales, por lo que el panorama laboral continuará incierto, dijo Quevedo.