Panamá busca acelerar la transición energética hacia fuentes limpias de generación y se apunta a la tendencia mundial del hidrógeno verde, que se produce en el proceso de electrólisis al romper la molécula del agua y separar el hidrógeno y el oxígeno, utilizando para ello energía eléctrica generada por fuentes renovables como la solar o la eólica.
Este recurso energético es 100% sostenible, no emite gases contaminantes ni en la combustión ni en el proceso de producción y se perfila como un combustible alternativo para la industria química (fertilizantes), procesadores de acero, cemento, marítima y aviación entre otros sectores. Al usar hidrógeno verde como solo emite vapor de agua no deja residuos en el aire como ocurre con el carbón y el petróleo. El desafío actual es el alto costo, el mayor gasto energético porque requiere mucha energía para su producción y la seguridad porque es un elemento volátil e inflamable.
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