En 2020, la ciudad de Minneapolis, en Estados Unidos, fue el epicentro de protestas masivas que originaron el movimiento Black Lives Matter, luego de que uno de sus oficiales de policía mató al ciudadano afroamericano George Floyd.
Con este antecedente, el Ayuntamiento de Minneapolis votó unánimemente este viernes 12 de febrero para prohibir el uso de software de reconocimiento facial por parte de su Departamento de Policía y otras agencias de la ciudad.
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Varias investigaciones han descubierto que este tipo de tecnología tiene problemas y sesgos para detectar correctamente a personas por su edad, raza, etnia e incluso género.
Los estudios demuestran que las personas negras y latinas han sido las más discriminadas por dichos algoritmos.
La orden prohíbe a los empleados del gobierno de la ciudad adquirir o usar sistemas externos de reconocimiento facial, como el de la controvertida startup Clearview AI, que también ha sido usado por el Departamento de Policía de Minneapolis y por otras agencias estadounidenses, como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y el Departamento de Seguridad Nacional.
Otras ciudades como Portland, Oregón, Boston y Alameda en California, también han comenzado a prohibir esta tecnología en sus agencias policiales, en menor y mayor medida, gracias a la creciente presión de grupos defensores de la privacidad que están preocupados por que la vigilancia masiva del gobierno pueda agudizar la desigualdad y prejuicios raciales existentes en la justicia penal.