El Economista Antonio Aja
Imagine el grado de relevancia que los smartphones han adquirido en nuestras vidas, que, en México, se estima un total de 126.9 millones de smartphones. Los primeros smartphones fueron puestos a la venta a finales de los 90’s, sin embargo, quizá la marca que revolucionó nuestras vidas por siempre fue Apple con el lanzamiento de su iPhone en 2007. Su diseño innovador, amigable e irresistible hizo que jóvenes, no tan jóvenes, ricos y no tan ricos corrieran por su iPhone. Desde entonces, los smartphones han evolucionado drásticamente en términos de capacidad, velocidad, aplicaciones, etc.
CIU estima que este año en México se habrán vendido 30 millones de nuevas unidades, lo que equivale más de 125 mil millones de pesos. Simplemente al fin del segundo trimestre se desplazaron 7.7 millones de unidades, cifra que implica una generación de valor de cerca de 35 mil millones de pesos.
De estos, la mitad es adquirida a través de los operadores móviles y la otra mitad en otros comercios o en línea. De igual manera, se ha observado un descenso en la compra de dispositivos con los operadores a favor de otros comercios. Es factible que esto obedezca a la necesidad de comprar con financiamiento y a la intención de comprar dispositivos libres de candados.
Algo que no deja de impresionar es el hecho que, a pesar de la recesión por la que atravesamos, los mexicanos invertimos aún más en estos aparatos que antes de la pandemia. Al comienzo de la pandemia, en promedio se destinaban 3,875 pesos en la adquisición de un smartphone, mientras que a hoy, el desembolso ascendió a un nivel promedio de 4,297 pesos por equipo, esto es 10.9% más en el transcurso de los dos años pandémicos.
La venta de smartphones en línea también registró un crecimiento durante la pandemia. Hace dos años, en el segundo trimestre de 2020, únicamente 3.9% de los equipos en el país, habían sido adquiridos en internet. No obstante, durante el segundo trimestre de 2022, este canal de venta alcanzó un récord de 8.2% del total de dispositivos adquiridos. Es innegable que este canal de venta seguirá creciendo rápido dada la cantidad de información y la facilidad para realizar estas transacciones en línea. Quizá, la confianza del consumidor respecto a la entrega física del equipo sea el mayor detrimento al respecto.