Reforma Charlene Domínguez
Los pagos cashless (aquellos que no emplean efectivo, como e-wallets, códigos QR, tarjetas o transferencias) enfrentan un reto tecnológico para su adopción en el País.
Las transacciones cashless requieren una curva de aprendizaje tecnológico, consideró dapp, empresa que habilita la interoperación de wallets, comercios y agregadores de pago.
Esta curva puede generar estrés en el usuario por varios factores y funcionamiento del dispositivo móvil, ya que si éste falla genera dificultades al realizar transacciones.
“Aunque el cashless está creciendo de manera exponencial, hay áreas de oportunidad que permiten que el efectivo siga siendo la forma de pago preferida de los mexicanos”, expuso dapp.
La operación digital depende de la disponibilidad y penetración de los servicios, de internet y teléfonos inteligentes, según la reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera.
A nivel nacional, 69 por ciento de las personas tiene servicio de internet en su hogar y 73 por ciento cuenta con un teléfono inteligente.
Esto explica por qué los canales físicos continúan siendo primordiales para el acceso a los servicios financieros, sobre todo en lugares donde los servicios de internet no están disponibles o en grupos donde la penetración de las telecomunicaciones es menor, abundó.
Dapp señala que las alternativas de pago dan control de las finanzas, incentivos y descuentos en establecimientos, así como seguridad sobre la información personal.
