Marian Rojas Estapé, pantallas y TikTok

El Economista Jorge Bravo

Marian Rojas Estapé es una destacada psiquiatra española quien, como muchos otros especialistas en salud mental, ha alertado sobre el uso excesivo de pantallas y redes sociales en la era digital.

Proviene de una prominente familia de médicos psiquiatras y autores de libros. Su padre, Enrique Rojas, es catedrático y autor de infinidad de publicaciones; actualmente dirige el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Madrid. Dos de sus obras son sensacionales: La conquista de la voluntad (1994) y 5 consejos para potenciar la inteligencia (2016). Su abuelo, Luis Rojas Ballesteros, es decano de la psiquiatría moderna en España.

Marian es autora de best seller como “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” (2018) y “Encuentra tu persona vitamina” (2021), ambos de Espasa. También tiene un contenido de altísima calidad en Spotify denominado “El podcast de Marian Rojas Estapé”, a partir de las reflexiones que ha publicado. Cordial, sensible, empática, en el podcast de Marian realmente sentimos alivio y es el tipo de autora que da, que entrega, que realmente busca ayudarnos.

Ella plantea las consecuencias para el cerebro de una sociedad conectada, hiperestimulada, adicta al “swipe up” o deslizamiento compulsivo con el dedo e incapaz de dominar sus impulsos ante el smartphone, las pantallas y las redes sociales.

TikTok es tan útil e innovadora como adictiva. Otras redes sociales como Instagram, Tinder o YouTube son igualmente estimulantes, aportándonos chispazos de dopamina que produce placer a nuestro cerebro, sobre todo cuando queremos relajarnos o experimentamos un bajón emocional.

En el segundo episodio de la tercera temporada de su podcast, Marian explica el efecto de TikTok en nuestro cerebro. Sostiene que los videos cortitos de esta plataforma, uno tras otro y autorreproducibles, han cambiado nuestro cerebro y la forma de comunicarnos y conectar con la realidad. TikTok está personalizado y su magnífico algoritmo sabe exactamente lo que nos gusta, interesa o atrae, haciendo que nuestro cerebro preste atención constantemente a los videos.

Explica que cada vez que vemos un video de TikTok nos sentimos relajados. Está diseñado para ser así. Desde que somos bebés nos llama la atención la luz, el sonido y el movimiento, y eso es exactamente lo que descubrieron Instagram y TikTok, por lo que explotan estímulos en una zona de nuestro cerebro (la corteza prefrontal) que se encarga de la atención, la concentración, la resolución de problemas, el control de impulsos y donde se encuentra el epicentro de la fuerza de la voluntad.

Marian platica en su podcast que le escribió a la empresa china TikTok (ByteDance) para proponerle una pausa de unos cinco segundos entre cada video para que podamos reflexionar el contenido. Ella dice que ganaríamos en salud mental, pero que su propuesta no le interesó a la plataforma.

Una de las principales ideas de Marian es que vivimos en “una sociedad intoxicada de cortisol” que necesita potenciar “la oxitocina de las relaciones humanas”. Explica que lo que más desea el ser humano es sentirse querido, por eso la adicción a las redes sociales está relacionada con la dopamina, la hormona del placer.

Rojas Estapé propone una solución sencilla a la adicción a smartphones: incrementar los niveles de oxitocina, la “hormona de la empatía”. El ser humano sólo necesita abrazos de ocho segundos para bajar los niveles de cortisol. Qué bonito.

TikTok: deberías escuchar y atender los consejos de una especialista como Marian Rojas Estapé. Yo he encontrado cosas estupendas en tu plataforma. Me encanta que personas que saben hacer algo como bailar, explicar la historia, contar noticias, compartir recetas de cocina o regalar consejos sobre nutrición y mil cosas más, suban sus videos y se muestren al mundo tal y como son. Descubrí las publicaciones, charlas e ideas de Marian Rojas por recomendaciones de libros en TikTok.

TikTok: eres una plataforma que habilita la libertad de expresión, potencias la creatividad de las personas y has desplazado a los producidos conductores de televisión por personas comunes y corrientes que saben muchísimo más que ellos. Me he puesto de tu lado ante los intentos de Estados Unidos de prohibirte en su territorio por razones geopolíticas, por ser una app china exitosa que superaste con un ritmo vertiginoso lo que venía haciendo Instagram.

Pero tienes que reconocer, TikTok, que a pesar de todo lo bueno que tienes y contienes, que tu diseño, programación y algoritmo puede tener consecuencias negativas para el cerebro y el bienestar emocional de las personas. Destruyes la atención, le restas productividad a las personas y nos enajenamos con el desplazamiento ininterrumpido de videítos uno tras otro.

No, el asunto no es que las personas no tengamos fuerza de voluntad, sino que “al otro lado de la pantalla hay mil personas cuyo trabajo es desbaratar tu capacidad de autorregulación”, explica el ético de diseño de tecnología Tristan Harris, retomado por Adam Alter en su libro “Irresistible. ¿Quién nos ha convertido en yonquis tecnológicos?”

Alter revela en su obra que los desarrolladores tecnológicos programan sus redes sociales y videojuegos para volverlos adictivos a través de seis ingredientes, para diseñar experiencias digitales gratificantes: objetivos, feedback, progreso, intensificación, suspenso e interacción social o validez personal cada vez que experimentamos el enorme placer de un “me gusta”.

A medida que el uso de dispositivos y redes sociales se ha vuelto omnipresente, han surgido debates sobre los efectos que tienen en nuestra salud mental y en el funcionamiento del cerebro. Este fenómeno puede afectar negativamente la concentración, el rendimiento académico, la productividad laboral y las relaciones interpersonales.

Marian Rojas es una voz autorizada que ha expresado su preocupación sobre esta cuestión. Estudios científicos respaldan su postura, demostrando que el uso excesivo de dispositivos puede interferir con la atención, el aprendizaje y la memoria. Asimismo, la falta de interacción cara a cara puede afectar la capacidad de los jóvenes para desarrollar habilidades sociales y emocionales.

En el caso de TikTok, la psiquiatra señala algunas preocupaciones adicionales. La naturaleza altamente visual, viral y adictiva de la plataforma se ha vuelto extremadamente popular entre los adolescentes y jóvenes adultos. Su diseño y formato de videos cortos y rápidos puede tener un impacto en el cerebro.

Marian sugiere algunas pautas para el uso saludable de la tecnología y las redes sociales: desactivar las notificaciones y establecer límites de tiempo para el uso de dispositivos, especialmente antes de acostarse, ya que la exposición a la luz azul-violeta puede interferir con el sueño.

El objetivo no es demonizar la tecnología. Ofrece enormes beneficios en términos de acceso a la información, comunicación, conectividad, educación y oportunidades de empleo. Lo importante es fomentar el diálogo abierto sobre los riesgos y beneficios de la tecnología en cualquier entorno, alfabetizando a las personas sobre el uso de smartphones, redes sociales y el contenido que consumen.

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