El Economista Nicolás Lucas
Telecomunicaciones y radiodifusión serán relevantes en todo el 2021, dentro de su mismo sector y con repercusiones hacia afuera por nuevas ofertas que llegarían al mercado y por creación de empleo. En el año que se fue, insólito e infame por los 126,000 mexicanos que perdieron la vida hasta este día por causa de la pandemia, incluidos dueños de medios de comunicación, esas industrias fueron sensibles a trocear su espectro para radiodifundir la educación a nivel nacional y construyeron más redes que facilitaron el trabajo a distancia, una aportación que oxigenó la economía y con afán de contener los contagios por Covid.
Las inversiones de estos sectores cumplieron con el despliegue de infraestructura, a pesar de los impagos del consumidor en el servicio de Internet o telefonía, pues éste también se quedó sin ingresos constantes en el año del nuevo virus. La industria de telecomunicaciones invirtió 113,424 millones de pesos en infraestructura física y activos no tangibles en 2019 y será alrededor de junio del 2021 cuando se desvele el dato para 2020, un año de ánimos y economía deprimidos, pues el PIB de México se contraería 9.97% en este ejercicio.
Podría no caber optimismo en los planes de los líderes de las telecomunicaciones y radiodifusión mexicanas después de un 2020 lleno de aprietos y desesperanza, porque los trabajadores de estas industrias también estuvieron a la primera línea contra la Covid y muchos de ellos murieron al tender red —sólo el gigante del sector reportó 17 fallecidos en junio por coronavirus—, pero el 2021 viene con licitaciones de espectro, renovaciones de concesión, mayor apertura de redes, construcción de aquellas sobre 5G, promesas regulatorias más apegadas a la realidad de mercado y habrá operadores que no estarán sujetos a órganos superiores; inclusive, algunos partirán en enero con mayor presupuesto.