Un nuevo informe de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) identifica la existencia de al menos seis brechas que impiden a la población mundial conectarse a Internet y percibir las ventajas que ofrece la tecnología, como el acceso a la información y a servicios de salud y educación.
La primera es la brecha de cobertura. Aunque 95 por ciento de las personas se encuentra en zonas donde ya existe cobertura de al menos una red de banda ancha móvil, el 5 por ciento restante, o lo equivalente a 390 millones de personas, aún no tienen la posibilidad de acceder a este servicio.
Tanto los gobiernos como la industria han hecho esfuerzos por expandir el alcance de las redes, especialmente en las zonas remotas y rurales. Sin embargo, la UIT señala que aún se requieren canalizar más inversiones para llegar a la última milla y modernizar las tecnologías, pues en las comunidades rurales de los países en desarrollo las redes 3G siguen siendo las predominantes, y para que haya una conectividad efectiva es necesario disponer de 4G.
Más allá de la cobertura, el estudio advierte que existen otras cinco brechas relacionadas con la utilización. Una de cada tres personas que podrían usar Internet no lo hacen, debido a factores como los costos prohibitivos de la banda ancha, la falta de acceso a dispositivos o la carencia de competencias digitales.
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La UIT advierte que existe una importante brecha de ingresos que atender. En los países menos desarrollados, el nivel de uso de Internet es de alrededor de 22 por ciento, y en los países de renta alta llega hasta 91 por ciento. Una de las principales razones por las que las personas no utilizan este servicio es la falta de asequibilidad.
Aunque las tarifas de la banda ancha móvil han disminuido en los últimos años, en los países de menores ingresos el costo continúa siendo restrictivo, debido a que suele estar por encima del 2 por ciento de los ingresos brutos per cápita en cada mercado.
El año pasado, debido a la pandemia de Covid-19 y la crisis económica, el precio promedio de un plan básico de banda ancha aumentó en casi todas las naciones y ya representa más del 2 por ciento del ingreso, que es el umbral de asequibilidad establecido por la Comisión sobre la Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible.
Otra de las brechas es la que se observa entre las zonas urbanas y rurales. La Unión Internacional de Telecomunicaciones reporta que la proporción de personas que utiliza Internet en las ciudades es el doble que la cantidad en las zonas rurales.
La brecha de género también es una problemática que mantiene a la población femenina lejos de Internet. Sólo 57 por ciento de las mujeres usa este servicio, en comparación con el 62 por ciento de los hombres. Aún persisten factores específicos que restringen la posibilidad de las mujeres de beneficiarse de este servicio, como los sesgos y estereotipos de género.
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El informe muestra que la brecha generacional es otra más de las problemáticas que se requieren atender. El 71 por ciento de las personas jóvenes de entre 15 a 24 años de edad usan Internet de manera ávida, mientras que únicamente el 57 por ciento del resto de la población es usuaria de este servicio. Incluso, el nivel de aprovechamiento es mucho menor entre las personas adultas mayores.
Asimismo, la UIT advierte que la brecha de educación impide que todas las personas se beneficien de Internet, ya que los grupos con menores niveles educativos utilizan la banda ancha móvil de forma menos frecuente y para actividades más sencillas, mientras que quienes tienen un mayor nivel educativo utilizan Internet de manera más intensiva.
Para zanjar estas brechas que profundizan la desigualdad en el entorno digital y fuera de él, la organización explica que se requieren implementar medidas efectivas para impulsar las inversiones en infraestructura; velar por una regulación adecuada y coherente; promover la compartición de infraestructura; disponer espectro de forma asequible; disminuir los impuestos sobre los equipos tecnológicos; así como fomentar la creación de mercados competitivos y previsibles.