La realeza tecnológica de EE UU al completo acude al Congreso para tratar la regulación de la inteligencia artificial
Todo el quién es quién de la alta tecnología estadounidense estaba este miércoles en el Capitolio en Washington. Por primera vez, los grandes pesos pesados del sector, desde el consejero delegado de Tesla Elon Musk al de Meta (Facebook), Mark Zuckerberg, pasando por el líder de Alphabet (Google) Sundar Pichai, y el fundador de Microsoft Bill Gates, comparecían como grupo en el Senado. El motivo, participar con sus sugerencias en una sesión a puerta cerrada sobre una de las cuestiones más candentes del momento: la regulación de la inteligencia artificial. Un objetivo con el que todos están de acuerdo. Las diferencias están en cómo, y hasta qué punto, hacerlo. Algo sí parece claro: no hay muchos entusiastas del modelo europeo.
Que la veintena de ejecutivos, cuyas cuentas de resultados conjuntas superan el PIB de unos cuantos países, acudieran a la convocatoria lanzada por el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, ya apunta a la importancia del asunto. Varios de ellos se han pronunciado en diversas ocasiones en favor de medidas de control para un área sobre la que llueven las inversiones y que ha despertado un enorme interés en toda la sociedad desde el lanzamiento del chatbot ChatGPT hace menos de un año.
“Es importante que tengamos un árbitro”, declaraba Musk a la prensa a su salida de la reunión, donde describió esta tecnología como “un arma de doble filo”. La figura de un regulador —apuntaba— es necesaria “para garantizar que las empresas toman medidas que sea seguras y que beneficien al público”. Zuckerberg, por su parte, apuntó que “es mejor que quienes fijen los estándares sean las empresas estadounidenses que pueden colaborar con nuestro gobierno para dar forma a estos modelos en asuntos importantes”.