La segunda semana de agosto, el CEO de Intel, Pat Gelsinger, visitó las operaciones de Intel en América Latina, ubicadas en México y Costa Rica, como una muestra de la confianza de la compañía en el papel de la región para reorganizar la cadena de suministro tras la pandemia de Covid-19 y su compromiso por impulsar la formación de su capacidad local.
Ambos países son claves para la estrategia IDM 2.0 de Intel, por las operaciones del Guadalajara Design Center (GDC) de Jalisco, México, y su centro de Investigación y Desarrollo en Heredia, Belén, del país centroamericano.
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“Para que nuestra tecnología pueda impulsar al mundo en su desarrollo, necesitamos crear una cadena de suministro más robusta, diversificada y resiliente. Latinoamérica tiene hoy un papel en esa cadena, y nuestra visión a futuro es seguir fortaleciendo las capacidades, así como colaborar con gobiernos e instituciones locales para desarrollar ecosistemas más sólidos y ágiles”, comentó la Directora Regional de Intel para América Latina, Gisselle Ruiz Lanza, quien acompañó a Gelsinger en su visita a México.
Ruiz Lanza también participó en el el foro “Fortalecimiento de las cadenas de suministro de semiconductores y TIC entre México y Estados Unidos”, que la Secretaría de Economía (SE) organizó el 9 y 10 de agosto.
Ensamble y prueba en Costa Rica
Previamente, en la primera semana de agosto, en el marco de sus 25 años de presencia en Costa Rica, Intel inauguró oficialmente su Planta de Ensamble y Prueba en sus instalaciones de San Antonio de Belén, adonde acudió el presidente del país, Rodrigo Chaves, y algunos ministros de su gabinete.
En dicha planta se ensamblan, prueban y envían una cantidad significativa de unidades para los servidores que Intel suministra al mercado mundial, por lo que el país centroamericano es clave para el diseño y la validación de semiconductores.
La visita de la planilla mayor global y regional de Intel a América Latina se produjo en el contexto de la aprobación por el Congreso y la firma de la Ley de CHIPS por parte del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que inyectará 52 mil millones de dólares para financiar la producción estadounidense de semiconductores para reducir la dependencia frente a Asia, especialmente de Taiwán.