Reforma Jorge F. Negrete P.
Solos no podemos nada, juntos lo podemos todo.
“Las personas concesionarias de las bandas de frecuencias del espectro radioeléctrico sujetas al pago de los derechos mencionados en el párrafo anterior, deberán pagar durante el ejercicio fiscal de 2024, los derechos vigentes correspondientes al ejercicio fiscal de 2024”. Esta fue la propuesta que la Secretaría de Hacienda mandó a la Cámara de Senadores en materia de espectro. No bajan los precios del espectro radioeléctrico.
Todo se mantiene igual, no hay baja de los precios del espectro y el estímulo al sector digital en su conjunto queda como está. No voy a hacer una crítica a nadie, ni abonar al desencuentro, voy a hacer un llamado a la unidad como lo he venido haciendo hace varios artículos.
¿La baja de precios del espectro radioeléctrico es un tema que sólo importa a las empresas de telecomunicaciones? No. ¿La baja de los precios del espectro afecta a la industria de la fibra óptica y el Internet fijo, los microprocesadores, la industria de cómputo, software, ciberseguridad, plataformas digitales, la industria Fintech, salud digital, educación digital, puertos digitales, aeropuertos conectados, minas conectadas, agrotech e inclusión digital? Sí.
El espectro radioeléctrico habilita una demanda agregada de servicios de todo el ecosistema digital en su conjunto. México no está abatiendo la brecha de acceso, la inclusión digital, ni combate con eficiencia la pobreza digital. Es más, perdemos competitividad, la batalla por la innovación y se incrementa la marginación digital.
¿El factor más importante? El alto costo del precio del espectro radioeléctrico. Esta condición secuestra recursos para invertir en calidad, anchos de banda y expandir la cobertura. Estos son factores que retrasan un México conectado próspero, moderno, justo, igualitario y competitivo.
No existe un igualador social más poderoso que la conectividad y la digitalización de la sociedad: punto. El gobierno mexicano ha decidido, nuevamente, que esto no es importante, a pesar de la evidencia empírica presentada y el daño al sector ocasionado.
La decisión la tiene el Senado. Y debo señalar que cuando el Senado lo decide, actúa, a pesar de la instrucción de la Secretaría de Hacienda. Hoy hay una generación de diputados, diputadas, senadoras y senadores espléndidos, que comprenden y se preocupan por este tema y han presentado, incluso, propuestas para disminuir el precio del espectro. Me refiero a las senadoras Cora Pinedo y Lucy Meza.
¿Qué se necesita? Unidad de la Industria, toda la industria digital, independiente del sector al que pertenezca. Las cámaras industriales, autoridades competentes, empresas de conectividad públicas y privadas, las asociaciones, consultores, grupos de trabajo, gremios digitales, analistas y periodistas deben mantener un solo mensaje: conectar México y bajar los precios del espectro radioeléctrico.
No es el momento de revanchas jurídicas, de competencia económica o de visibilizar diferencias públicamente, se trata de promover la mejor política pública que existe en nuestra civilización y esa es la política digital y se sustenta en la conectividad. La que habilita los derechos humanos en el mundo digital, salud, educación, cultura, plurilingüismo, justicia digital y seguridad pública. Esta comienza con su insumo más importante: el espectro radioeléctrico.
Una sociedad digital moderna, justa e igualitaria pasa por conectar a todos los mexicanos sin marginación, es un derecho constitucional y un mandato del Estado sobre cualquier visión subjetiva.
No es el momento del sarcasmo, de la provocación pública o privada, ni de revanchas pendientes, litigios o prejuicios. Conectar, abatir la brecha de acceso, digitalizar México y estimular el crecimiento del sector en su conjunto debe ser la visión, generosamente compartida, en este momento coyuntural de la vida pública de México y nuestro espacio de pasión, el digital.
Presidente de Digital Policy Law
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