Entre liderazgo o sálvese quien pueda

Reforma Jorge F. Negrete P.

La siguiente oleada de reformas del actual gobierno y el Congreso van para el IFT y el órgano de competencia económica (Cofece). La intención fue comunicada por el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, quien salió la semana pasada a comentar en diversos medios que “fortalecer el bienestar de las familias requiere combatir los monopolios en telecomunicaciones y mayor competencia para para proteger al consumidor”. Argumentó que “los niveles de concentración y de control de los mercados en nuestro país resultan perjudiciales para el bienestar de los consumidores”, “si se quiere elevar el nivel de bienestar de la población, se necesita crear la agencia antimonopólica”, “se logrará el impulso y el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas, además del control del mercado de telecomunicaciones”.

En una entrevista con Leonardo Curzio fue más enfático. Mencionó la palabra “monopolio” y dos veces “la concentración en telecomunicaciones”. El diputado quiere legislar en materia de competencia económica, telecomunicaciones y quiere entrar al tema de concentración en este último sector. ¿Su discurso y afirmaciones son correctas? Si son generalidades, sí. Si ellas reflejan un análisis profundo que llevará a modificar la legislación del sector de las telecomunicaciones, hoy infraestructura digital, no. Precisemos. 

Antecedentes

  • Felipe Calderón. El periodo se caracterizó por un caos en el sector de la conectividad. Tres secretarios de Comunicaciones y cuatro subsecretarios explican la falta de una continuidad que desató la falta de liderazgo en el sector. Empresas enfrentadas entre sí y sin una visión de conectividad para el país.
  • Peña Nieto. El 11 de junio de 2013 se publicó la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y radiodifusión. Hace 11 años comenzó el despliegue de 4G; hoy, iniciamos el lanzamiento de 5G. El periodo del ex presidente presentó una reforma robusta que buscaba la consolidación del sector y promover inversiones en el sector de la conectividad. ¿Su aporte más importante? La institucionalidad del sector. ¿La pérdida más significativa? La destrucción sistemática de estímulos a la conectividad en áreas rurales. El triunfo de la competencia sobre la inclusión digital y su sentido social.
  • AMLO. No diseñó una visión digital y detuvo la inclusión al mantener los precios del espectro radioeléctrico más caros de América Latina. El oligopolio de 3 operadores móviles se volvió duopolio al entregar Movistar su espectro y vender su infraestructura. La concentración del sector es responsabilidad de la 4T.

El mundo cambia. La infraestructura digital necesita escala. Brasil tiene 3 operadores móviles, EUA 3 operadores, China 3 y México 2. Junto a la iniciativa del diputado Ramírez Cuéllar, es vital que el IFT y el gobierno realicen la licitación 5G, bajen los precios del espectro y surja una demanda agregada de fibra óptica. 

Urge una Agenda Digital y, finalmente, desaparecer al asesino de la inclusión digital: la preponderancia. Esta se encuentra en el terreno moral, una confusión entre mercado y límite moral del mercado: entre competencia e ideología. Eres malo por grandote. La falta de incentivos a invertir genera un preponderante que no quiere más usuarios y mantiene su porcentaje de mercado. La preponderancia mata el despliegue de infraestructura digital, desincentiva la inversión, vuelve perezosos a los operadores y adictos a la regulación asimétrica. Cumplió sus objetivos y se consolidó el sector.

México tiene los dos operadores móviles más grandes de hispanoamérica: AT&T y Telcel, y 4 operadores de fibra que invierten más que el sector fijo y móvil de Colombia y Perú juntos. Tierra de gigantes.

Altán. Hay que dotarla de capacidades económicas, jurídicas, transparencia, buen gobierno y alejarla de la competencia desleal. Ya es adicta a la regulación asimétrica y busca un régimen jurídico especial.

¿Es un buen momento para una reforma? Sí, que busque inclusión, pero con política digital y visión social.