Dada la propia naturaleza del Internet con un alcance que trasciende fronteras políticas y geográficas, se requiere de la colaboración y cooperación entre naciones para combatir el cibercrimen, enmarcada en una estrategia de diplomacia y política exterior, indicó en entrevista Claudio Peguero Castillo, embajador y asesor de asuntos cibernéticos del Ministerio de Relaciones Exteriores de República Dominicana.
En entrevista con DPL News, Peguero advirtió que uno de los retos actuales de mantener la ciberseguridad se encuentra en la formación de la “ciberdiplomacia”, que permita la colaboración y cooperación entre países para el combate al cibercrimen, mediante acciones coordinadas y conjuntas con respeto a la soberanía de cada país.
Peguero forma parte de una nueva línea de diplomáticos con especialidad en temas de ciberseguridad y la gobernanza de Internet que las cancillerías esperan usar para abordar temas internacionales relativos al ciberespacio, tales como tratados internacionales, enlaces con organismos internacionales, coordinar acciones para el combate al cibercrimen, entre otras tareas.
Entre los más avanzados se encuentran países como Estados Unidos, que cuenta con la oficina de Asuntos Cibernéticos dentro del Departamento de Estado. En América Latina, aunque el tema se ha abordado en distintos foros y organismos multilaterales, son pocos los países que cuentan con alguna oficina formal para la ciberdiplomacia dentro de sus cancillerías, aunque algunos como México, Argentina, Colombia, Chile y Uruguay cuentan con personal que da seguimiento a estos temas.
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Tal es el caso de Peguero, quien se desempeña actualmente como embajador dentro del Ministerio, luego de una experiencia de 35 años como policía en la isla, con 20 años en temas cibernéticos. Sin embargo, aclaró que República Dominicana aún no cuenta con una oficina o estructura formal para temas de diplomacia en el ciberespacio, pero tiene la expectativa de que pueda formarse un equipo encargado de los procesos de ciberseguridad frente a organismos multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o la Interpol.
Cooperación y colaboración
Uno de los aspectos importantes de la ciberdiplomacia se encuentra en la promoción a la cooperación entre países, que permita formular y coordinar políticas internacionales sobre temas cibernéticos, y resguardar la seguridad en el ciberespacio.
El camino más seguro son los acuerdos internacionales. “En la jerarquía de las normas, están por encima de las leyes. Tienen por lo general la Constitución de la República y luego están los tratados internacionales, con lo cual, si se suscribe un acuerdo o un tratado internacional, en el momento de ratificar, se obligan a adecuar la legislación interna para que se cumpla con eso”, según explicó Peguero.
En ese sentido, explicó que la investigación de ciberdelitos se vería beneficiada si los países acuerdan una visión común que permita una cooperación directa y ágil para la investigación y compartición de información. Adicionalmente, estas reglas obligarían a las empresas proveedoras de servicios en línea a colaborar con las autoridades competentes, sin importar el país donde tengan su sede o esté instalada su infraestructura.
Aunque el ciberespacio pudiera percibirse como algo etéreo o intangible, toda la información y datos que cursan el Internet residen en algún servidor o centro de datos que, a su vez, existe físicamente dentro de la jurisdicción de algún país. Sin embargo, esta información y datos no necesariamente pertenecen a los ciudadanos o los gobiernos del país donde se almacenan, y podrían ser relevantes para casos de investigación contra el cibercrimen en otras regiones.
Por ello, aunque existen actualmente reglas y normas para la cooperación internacional en la investigación y persecución de delitos, estas no podrían ejecutarse de la misma manera en el ciberespacio, por lo que Peguero consideró que se requiere un nuevo conjunto de acuerdos para “definir reglas claras y tener cooperación internacional ágil”.
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Sin embargo, advirtió también sobre los riesgos y la dificultad para alcanzar acuerdos a nivel internacional. Más allá del tema de la ciberseguridad, estos acuerdos deben enmarcarse dentro del conjunto de la relación bilateral entre los países involucrados, de modo que se respeten o no se afecten procesos de similar importancia como el turismo, acuerdos comerciales, inversiones o foros de cooperación, entre otros.
Peguero consideró también que se debe medir el riesgo sobre posibles visiones encontradas alrededor de las políticas de ciberseguridad o de gobernanza de Internet. Aun cuando ciertos países pudieran tener una visión en común alrededor de lo que representa un ciberdelito, es probable que existan visiones encontradas respecto a las políticas de ciberseguridad.
Indicó, por ejemplo, que pudieran existir diferentes visiones respecto al actuar de los Estados en el ciberespacio, por ejemplo, el ejercicio de políticas que afecten los derechos de los usuarios. Mientras que hay países que ejercen políticas restrictivas a la libertad de expresión en redes, otros países podrían considerar que esas prácticas amenazan el sano desarrollo del Internet.
Proyectos y acuerdos
Por otro lado, Peguero explicó las propuestas a futuro en el Ministerio, como el promover la presentación de una Agenda Digital, que permita determinar el camino del país en nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA); y formar una unidad de vigilancia y seguimiento a temas de cooperación internacional y creación de capacidades.
Estos proyectos le permitirían a la República Dominicana cumplir con algunos de los compromisos adquiridos a nivel internacional. Por ejemplo, la isla fue el primer país de la región Latinoamericana y del Caribe en ratificar el convenio de Budapest en 2013, por la vía de la adhesión. Este acuerdo implica asumir ciertos compromisos, como la creación de capacidad de respuesta contra delitos cibernéticos, además de adecuaciones a la legislación local y atender a la cooperación internacional.
Por otro lado, también existen acuerdos que permiten la capacitación y generación de talento, mediante cursos y conferencias. Explicó que, aunque otras instituciones como la policía o fiscalía deben estar involucradas, al haber un intercambio internacional, la cancillería requiere tener visibilidad sobre estos programas.