La politóloga Denisse Dresser fue acosada, espiada y vulnerada en su privacidad por las autoridades aeroportuarias en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), que es administrado y controlado por las Fuerzas Armadas.
Resulta que la también periodista se quejó por el caos en el área de Migración a su llegada a México, a lo que la cuenta del AICM en X le respondió con un minuto a minuto sobre sus movimientos y traslados en el aeropuerto.
El gobierno federal de Enrique Peña Nieto fue un gobierno espía, pues se comprobó que compró el software Pegasus para espiar a periodistas, defensores de derechos humanos, y otras personas incómodas para el régimen. El actual gobierno ha dicho que esa práctica ya no se realiza, sin embargo, se ha comprobado también que hay contratos vigentes para tener Pegasus.
Hoy nos dimos cuenta, con el caso de Denisse Dresser, que el gobierno federal tiene la capacidad tecnológica para identificar a cualquier ciudadano en el AICM y dar seguimiento a sus movimientos en las terminales aeroportuarias. Sin duda se trata de un asunto grave de violación de datos personales y privacidad.
Durante un viaje que realicé a Israel, tuve la oportunidad de visitar una empresa, de la que omitiré el nombre, que se dedica a desarrollar soluciones tecnológicas que permiten identificar personas, objetos, movimientos atípicos, y hasta predecir posibles ataques terroristas.
El software que me mostraron tenía la capacidad, a través de cámaras, de reconocer el rostro de personas, identificar con Inteligencia Artificial cuando en un lugar público alguien realizaba un movimiento sospechoso, saber cuándo un objeto “olvidado” en un parque era probablemente algo peligroso.
Pongo este ejemplo para decirles que por supuesto desde hace años existe tecnología que puede seguir a una persona, como en el caso Dresser, por un aeropuerto. De hecho, las terminales aéreas en todo el mundo están repletas de cámaras que lo hacen, por cuestiones de seguridad.
El asunto en el AICM no es que desconozcamos que también tienen un sistema de videovigilancia, sino el uso que le pueden dar, ahora las Fuerzas Armadas, para acosar y violar la privacidad de un ciudadano.
El INAI ya abrió una investigación sobre el caso de violación a la privacidad de Denisse Dresser, no obstante, es un hecho que preocupa y hasta asusta, pues hay que recordar que las Fuerzas Armadas ahora tienen el control de los aeropuertos, del famoso Tren Maya, y de muchos otros sitios públicos.
Y digo que es un hecho que asusta porque tampoco hay que olvidar que el presidente Andrés Manuel López Obrador recientemente dijo que quería desaparecer a todos los órganos autónomos porque no sirven para nada. Uno de ellos es precisamente el INAI, que está investigando a la autoridad aeroportuaria que violó la privacidad de Dresser que, insisto, son las Fuerzas Armadas.
Imaginen que el INAI desaparece y siguen ocurriendo estos casos de acoso y violación a la privacidad por parte de autoridades. ¿Quién va a defender y a garantizar los derechos de los ciudadanos?
La tecnología existe, las Fuerzas Armadas ya lo hicieron una vez, o por lo menos de la que nos enteramos, así es que este caso es un llamado de atención para que como sociedad exijamos el uso de desarrollos tecnológicos sin que estos violen nuestros derechos.
