Conocí a Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, el 20 de junio de 2018, durante una Cyber Week en la Universidad de Tel Aviv, en la que el político israelí ofreció la conferencia principal de la cumbre a la que asistieron los expertos más top a nivel mundial.
Ese día en particular, la revisión para entrar al auditorio principal fue distinta a la de otros días. Llegamos una hora antes de la cita, pues nos recibió una larga fila afuera del recinto para pasar por una primera revisión en un arco detector de metales.
Ya dentro, pasamos por un segundo filtro con otro detector, en el que además debíamos colocar nuestras pertenencias en una banda similar a la de los controles de los aeropuertos.
Fue una experiencia distinta a la de otras cumbres, porque esta vez me encontraba escuchando a un dirigente de un país hablando, como si se tratara de un CISO (Chief Information Security Officer), sobre ciberseguridad. Recuerdo que un año atrás, en 2017, en un discurso Netanyahu dijo algo que se me quedó muy grabado y que cuando lo conocí, quería que profundizara: “con un clic se puede poner de rodillas a una nación“.
Aquella mañana de miércoles que le conocí, lo vi subir al escenario, sin discurso impreso. Primero mencionó un libro que le regalaron, de seis volúmenes, sobre la guerra cibernética entre Estados Unidos y China. “Lo leí una noche, no dormí y dije, será mejor que hagamos algo. Así lo hicimos”, contó.
Continuó su discurso agradeciendo a los profesores e investigadores de la Universidad de Tel Aviv, quienes lo invitaron a la Cyber Week, y hasta se dio tiempo de bromear sobre algo que en la actualidad parece completamente fuera de lugar y que da escalofríos: “Y tantos otros que están aquí, incluido, según tengo entendido, Jean-Claude Van Damme. ¿No está aquí? ¿Dónde está? Bueno, Jean-Claude, sabes que la ciberseguridad es un verdadero deporte sangriento. En realidad, gran parte lo es”.
Tras la incursión de Hamas el 7 de octubre de 2023 en la frontera de Israel y Gaza, hubo reportes de fallas en los sistemas de ciberseguridad de Israel. ¿Cuándo antes se habían registrado fallas de inteligencia o tecnología en un país que es potencia en esa materia? Incluso, el jefe de la agencia de seguridad e inteligencia interior israelí, el Shin Bet, afirmó que es personalmente responsable de la falta de una alerta temprana.
Voy a regresar un poco en el tiempo para platicarles sobre la seguridad en Israel en la zona fronteriza con Gaza. En 2016, tuve la oportunidad de viajar por primera vez a Israel, y conocer de primera mano la zona crítica hoy, y observé cómo las Fuerzas de Defensa de Israel vigilan la frontera con la Franja de Gaza. Estuve en la ciudad de Sderot, la más cercana a Gaza en la frontera noreste, así como en el muro de nueve metros de altura que divide la Franja al norte con el moshav Netiv HaAsara, el lugar “habitado” (entre comillas porque debido a ataques con cohetes, ya vivía poca gente en ese entonces) más cercano en la parte norte de la frontera de Gaza.
En ambos lugares pude observar (sólo lo que me permitieron conocer, y sin detalles) cómo los israelíes cuentan con alta tecnología como sensores terrestres y aéreos, drones y otras herramientas, además de la vigilancia permanente del ejército, por lo que una incursión y un ataque como el ocurrido este octubre de 2023 debió haber sido a raíz de un fallo o ataque sin precedentes a su ciberseguridad.
Pero regreso al discurso de Benjamin Netanyahu en la Universidad de Tel Aviv aquel junio de 2018, en el que el Primer Ministro mostró un video hipotético de un ciberataque:
Esta conferencia aborda uno de los grandes desafíos que enfrenta la humanidad, cómo proteger nuestros dispositivos, aviones, redes, cualquier cosa que tenga electrónica. Así que hoy tengo un mensaje… ¿Qué pasó? Damas y caballeros, esta conferencia acaba de ser pirateada. Irónico, ¿no? Una conferencia dedicada a la ciberseguridad siendo hackeada.
Estamos basados en un país no lejos de Israel. Eso es todo lo que necesitas saber por ahora. Las cuentas bancarias de todos los que están sentados en este lugar acaban de congelarse. La propiedad intelectual de sus empresas está en nuestras manos. También lo están tus conversaciones privadas. Esta información se está enviando a tu competencia y a tus enemigos.
Esto no es descabellado. En la jerga, dicen que los actores estatales pueden hacerlo mucho peor. Los Estados pueden hacerlo mucho peor. Pueden hacer todo lo que escuchaste aquí, y mucho más. Pueden paralizar nuestros sistemas más sensibles. Incluso pueden hacerse cargo, literalmente, apoderarse de algunos de esos sistemas vitales. Y no es algo que sea teórico o en el futuro. Ya está sucediendo en el presente.
Benjamin Netanyahu continúo su discurso profético y se refirió a posibles nuevas armas, como pequeños drones con armas, y aquí viene la parte, que sin saber lo que vivirían en octubre de 2023, el primer ministro lo describió en junio de 2018:
Un cuadricóptero muy, muy pequeño, de una pulgada de diámetro, puede transportar una carga de uno o dos gramos. Puedes programar el código para que diga (analice con fotografías) aquí hay miles de fotografías del tipo de objetivos que quiero, el tipo de cosas a las que quiero apuntar. En un semirremolque caben unos tres millones de esos pequeños cuadricópteros.
Habrá fabricantes que producirán millones de estas armas. Sólo necesitas tres personas para programarlos y ejecutarlos. Así que puedes imaginar que en muchas partes del mundo, los humanos estarán cazando. Estarán escondidos en el suelo para protegerse con las técnicas de irrupción para que no sean detectados. Podrían estar aquí en unos años.
Este es el escenario fácil. Los hay peores. Ahora creo que podemos defendernos de esto y creo que es una carrera siempre presente. No está garantizado. Tenemos que seguir adelante, pero será cada vez más desafiante. La razón por la que es cada vez más desafiante es porque hay un crecimiento increíble en oportunidades en la era digital. Así que antes de hablar de cualquier otra cosa, quiero decir que estamos absolutamente comprometidos a protegernos a nosotros mismos, tanto a nuestro país como a los demás, contra este y otros tipos de desafíos cibernéticos.
Hace cinco años me tocó estrechar la mano de Benjamin Netanyahu al concluir su conferencia, y ni de cerca dimensioné el significado de su discurso, hasta hoy que en retrospectiva veo que lo que dijo, se cumplió.
Las guerras cibernéticas no se libran sólo en el ciberespacio, sino son una nueva herramienta que trasciende y afecta al mundo físico, y al final, lo peor es que tiene la capacidad de dejar miles de víctimas mortales, en ambos bandos, tal como lo vemos en estos días.