Antes de la pandemia, la transformación digital era una oportunidad y los países habían comenzado a adoptarla paulatinamente. Sin embargo, por las restricciones de movilidad y su impacto en la economía, pasó a ser una necesidad, por las aplicaciones que tiene en las diferentes esferas de la sociedad, como la educación en línea, el comercio electrónico y el teletrabajo.
Así lo explicó Sebastián Nieto Parra, jefe para América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el segundo día del Digital Innovation Day.
“Sin la transformación digital no podemos salir adelante en América Latina”, declaró Nieto Parra.
El jefe de la OCDE para América Latina explicó que, durante la última década, el número de usuarios de Internet prácticamente se duplicó en la región, y ahora hay 68 por ciento de usuarios de Internet. No obstante, aclaró que este porcentaje sigue siendo muy inferior al 85 por ciento promedio de los países miembros de la organización.
Además, resaltó que en la región las velocidades de conexión están muy por debajo, a menos de la mitad del promedio mundial.
Y, dado que América Latina es la región más desigual del mundo y posee grandes disparidades al interior de los países, para la OCDE una de las claves es que la recuperación económica pospandémica sea inclusiva, ya que hay brechas socioeconómicas y diferencias en el acceso y conectividad a Internet en varios sectores y dimensiones.
Y uno de ellos es el de la educación. Nieto Parra enfatizó que antes de la pandemia sólo unas cuantas escuelas estaban preparadas para el aprendizaje digital, y ahora se requiere tener una plataforma eficaz de apoyo a la enseñanza en línea.
En el sector comercial, las empresas necesitan transitar hacia una mejor inserción en el ecosistema digital para que todas se beneficien mediante diversas aplicaciones como el e-business, el e-commerce y la Industria 4.0, además de los beneficios que pueden obtenerse gracias a la Inteligencia Artificial.
Además, el jefe regional destacó como avances que ya hay un alto porcentaje de empresas conectadas a Internet y que muchas de ellas ya utilizan las plataformas de banca electrónica. No obstante, aún enfrentan retos, como la adquisición de insumos por parte de las pymes.
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Por ahora, las pymes están atomizadas en cadenas locales de producción, y deben integrarse a cadenas regionales para que sean más competitivas. Por ello, se requiere de una transformación digital que ayude a mejorar el ecosistema de las empresas.
Además, la OCDE ha detectado que más del 20 por ciento de los puestos de trabajo corren un alto riesgo de automatización, por lo que hay que apoyar a los trabajadores para que tengan mayores competencias digitales –ya que los adultos de la región están en desventaja en esta materia frente al resto de los países de la OCDE– y fomentar el empleo formal.
Esto debido a que una alta informalidad conduce a una alta vulnerabilidad social, la cual desencadena altos niveles de pobreza y desigualdad, dos indicadores que se vieron agravados durante la pandemia.
Y, como ha crecido el descontento frente a las instituciones en América Latina, según el ejecutivo de la OCDE, la transformación digital puede ayudar a que los gobiernos sean más creíbles, innovadores, inclusivos y eficientes.
A nivel regional ha habido avances: muchos países han implementado una agenda digital. Nieto Parra aclaró que todo el proceso de diseño se ha llevado a cabo, pero lo que falta es la ejecución de esas agendas, para lo que se requiere un presupuesto bien establecido.
Y enfatizó que la transformación digital requiere de acciones integrales, esto quiere decir que las agendas digitales deben integrarse a las estrategias nacionales de desarrollo con un presupuesto alineado y no estar desvinculadas.
Finalmente, señaló que se ha actuado de forma focalizada y eficiente, pero ante el escenario de crisis, se requiere cada vez más de la cooperación internacional como un facilitador de la transformación digital, para lo que hay que fortalecer las capacidades internas, trabajar de forma más inclusiva y con más herramientas y actores.
“No podemos ir solos frente a una tendencia global y frente a un choque tan importante a nivel internacional como ha sido la pandemia de Covid-19”, concluyó.