Reforma Jorge F. Negrete P.
La televisión es demasiado importante como para dejarla a los intereses del mercado”: Valéry Giscard D´ Estaing. Agrego: la televisión pública es demasiado importante, como para dejarla a los intereses del gobierno en turno.
“La democracia no puede existir sin la regulación de la televisión”: Karl Popper. Agrego: la democracia no puede existir sin la regulación de la televisión pública.
Al principio del gobierno actual, escribí en estas páginas esto sobre los medios públicos “nunca había visto el nombramiento de directores de medios públicos, con el apoyo que observé (del presidente López Obrador), cuando nombraron a Aleida Calleja, Lidia Camacho, Gabriel Sosa Plata, Jenaro Villamil, Armando Casas y San Juana Martínez. Toman posesión con el cariño nuestro, con el beneficio de la duda, el apoyo de la sociedad, la confianza de sus colegas y la impronta de medios libres, plurales, independientes, de investigación y apartados del poder político, del gobierno en turno”.
Señalé el dilema que enfrentarían “gobierno poderoso: radio y tv serviles”. Necesitábamos un gobierno de instituciones y con “radio y tv públicos independientes”. Y terminé señalando: “qué hermoso reto. Éxito, queridos amigos”.
Los medios públicos han sido defendidos por gobiernos democráticos modernos y también por Estados totalitarios; han sido sinónimo de medios cooptados, pero una referencia clara para defender la pluralidad democrática. En Estados Unidos son parte de la tradición política de descentralización de la radiodifusión y de respeto a la sociedad civil organizada. En Europa se buscan medios públicos dominantes y sólidos, en Estados Unidos, muchos, locales e independientes. Es vista en Europa como una entidad pública, creada, financiada, administrada y auditada por el Estado; pero en Estados Unidos es la sociedad civil la que obtiene el privilegio de tal denominación.
Estos medios son, en Inglaterra, centralistas y creados por una Carta Real; y en Alemania descentralizados y autónomos en sus landers. En España cuentan con un estatuto de autonomía, pero dependen del Parlamento; y en Estados Unidos pueden ser regulados por un órgano autónomo de los poderes públicos (Ofcom).
En América Latina y México nos enfrentamos a múltiples denominaciones para referirnos a los medios públicos: medios de gobierno, oficiales, culturales, educativos, de interés público, del Estado o de derecho público. Y nuestros vecinos de Estados Unidos integran a esta noción a los medios comunitarios, indigenistas y universitarios. Los medios públicos han realizado algunos de los mejores programas de investigación, periodismo y debate para fortalecer las instituciones de la República.
Ellos representan la oportunidad de obtener una independencia frente a la TV privada y frente al gobierno. Fortalecen las instituciones de la República, dan voz a los ciudadanos e investigan y señalan la mala actuación del poder público y privado. Fortalecen el derecho a la información y la libertad de expresión.
Salvo Aleida Calleja y Jenaro Villamil, ya no están los otros directores de los medios públicos.
Se ha traicionado a la academia, a la sociedad civil, al modelo legítimo de medios públicos y se ha tirado a la basura décadas de debate sobre la naturaleza de estos vitales medios.
Jenaro, nuestro cómplice histórico en la defensa de los Medios Públicos y notable periodista investigador, lidera la traición desde el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano. Hoy, los Medios Públicos son sinónimo de propaganda política, destrucción del espacio público, traición a las audiencias y al derecho a la información. Nos han abandonado, usando el dinero público.
La Televisión “es un poder político. Se utiliza para promover intereses de parte, mediante la desinformación y la propaganda” Luigi Ferrajoli. Agrego: La Televisión pública, es un poder político. Se utiliza para promover intereses del gobierno, mediante la desinformación y la propaganda. Hay que regularla.
Presidente de Digital Policy & Law
X / @fernegretep