Entrevista publicada en el documento especial: El ajedrez de la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones 2023.
Uno de los temas más controvertidos que se discutirán en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones 2023 (CMR-23) gira en torno a la banda de 6 GHz. Ahí, los Estados miembros de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) discutirán cuál es el mejor uso que se puede dar a este espectro.

La Región 1, que abarca Europa, Medio Oriente y África, analizará la identificación del rango de 6,425 a 7,025 MHz para los servicios móviles. Y a nivel mundial se decidirá la identificación del segmento de 7,025 a 7,125 MHz.
En este debate, hay dos claras posturas opuestas: por un lado, la industria WiFi promueve que se mantenga un uso flexible y abierto del espectro de 6 GHz, con el fin de que pueda ser aprovechado por la tecnología WiFi 6E y superiores. Por otro lado, la industria de operadores móviles quiere que las frecuencias estén disponibles para el desarrollo de 5G y 6G.
Sobre este y otros temas, la CMR-23 “es la oportunidad de sentar las bases para el futuro de la conectividad”, destaca Martha Suárez, presidenta de la Dynamic Spectrum Alliance (DSA), una organización que aboga por el acceso al espectro sin licencia.
Para la experta colombiana, en torno a la banda de 6 GHz la decisión más conveniente desde el punto de vista técnico, económico y de mercado es que no se realicen cambios en la definición actual del Reglamento de Radiocomunicaciones.
Esto posibilitaría el uso no licenciado para tecnologías como WiFi, como ya es tendencia en varios países de las Américas (Región 2). Mientras que en Asia-Pacífico (Región 3) se observan algunas naciones que han asignado el espectro para WiFi, como Corea del Sur, y otros, como China, que han dispuesto la mitad de la banda para 5G.
“Si se toma la decisión de ponerle un sello a la banda, diciendo que es para IMT, se pierde la neutralidad tecnológica. Poniendo ese sello, se da la invitación a la industria. Lo que ha pasado en ese caso es que al final se empiezan a limpiar las bandas y se asignan para uso exclusivo de redes móviles.
“Ponerle un sello de IMT da un mensaje fuerte de industria y para nosotros eso afectaría la neutralidad tecnológica, afectaría el crecimiento de WiFi, que necesita toda la banda: hay aplicaciones, hay casos de uso en ambientes densos y de industria.
“Si se mira del lado de los usuarios, la mayoría del tráfico de Internet, sobre todo en los países desarrollados, demuestra que, aunque tienen las mejores redes móviles y 5G hoy en día, la mayoría del tráfico es fijo. Si queremos tener buen tráfico fijo, se requiere WiFi. Es importante que se tome en cuenta durante las discusiones”, explica Suárez.
La DSA sigue muy de cerca el debate a nivel global sobre la banda de 6 GHz y ha realizado varios estudios en los cuales señala la pertinencia de que los países aprueben el uso sin licencia en este espectro. Desde su perspectiva, contribuirá a mejorar la calidad de la conectividad y cerrar la brecha digital a través de WiFi en zonas rurales y remotas.
De acuerdo con la WiFi Alliance, la tecnología WiFi necesita los 1,200 MHz de la banda de 6 GHz para habilitar casos de uso avanzados en la actualidad y a futuro.
Martha Suárez enfatiza que la tecnología WiFi 6E ya se encuentra en un estado maduro de desarrollo, con un amplio ecosistema de dispositivos comerciales y beneficios probados.
En tanto, para los servicios móviles aún no hay dispositivos diseñados para funcionar en este rango de frecuencias.
“En este momento, la banda de 6 GHz no se va a usar a nivel global para IMT. Porque ya hay muchos países que lo están usando para WiFi. No va a haber una armonización global para IMT. Y lo que nosotros proponemos es que Wi-Fi también necesita economías de escala globales”.
“La industria de WiFi no está pidiendo ninguna otra banda. Esa es la banda de crecimiento de WiFi 6, WiFi 6e, WiFi 7. Es importante poder tener esa banda a nivel global para tener economías de escala, porque todos podemos usar WiFi.
“En tabletas, televisores, teléfonos, porque todo el mundo usa la misma banda. Ahí sí hay potencial de economía a escala global, mientras que no lo habrá para IMT; a lo máximo, serían regionales y en ciertos segmentos”, afirma la presidenta de la DSA.
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Otro de los elementos relevantes en la discusión, señala Martha Suárez, es la convivencia que pueda existir en el espectro de 6 GHz. La especialista advierte: “ya se hicieron los estudios correspondientes y no son concluyentes. Nada indica que IMT pueda coexistir en esa banda, protegiendo los usuarios que ya están ahí: los servicios fijos, los servicios por satélite”.
A la CMR-23, las regiones buscan llegar con posiciones comunes acerca de las identificaciones de espectro. En Europa, se han discutido dos enfoques: uno de la Comisión Europea que propicia el uso exento de licencia en dicha banda; otro de la Conferencia Europea de Administraciones de Correos y Telecomunicaciones (CEPT), que podría considerar el segmento de 6,425 a 7,125 MHz para los servicios móviles.
Sin embargo, la CEPT sólo apoyará el análisis de este espectro para IMT más adelante si se cumplen algunas condiciones que ha trazado. Entre ellas, resalta la de que la CMR-23 no apruebe un punto del Orden del Día de la CMR-27 que estudie identificaciones IMT adicionales en bandas de entre 7 GHz y 30 GHz.
En el caso de las Américas, la agenda de la CMR-23 no contempla abordar la identificación del segmento de 6,425 a 7,025 MHz para los servicios móviles.
Hoy “los países que han decidido tener la banda completa para uso libre representan en las Américas más de 90 por ciento del PIB”, afirma Martha Suárez.
Si bien este tema no se abordará para la región, la banda de 6 GHz cuenta con atribución primaria para el servicio móvil en todas las regiones, por lo que en teoría cualquier país podría usarla para las redes móviles.
Por eso, la industria de telecomunicaciones aboga por mantener la discusión abierta, dado que estiman que el despliegue de las redes móviles necesitará en promedio 2 GHz de frecuencias en las bandas medias en cada país para 2030. En esta demanda futura de espectro, ven a la banda de 6 GHz como un recurso clave.
Martha Suárez prevé que el debate será intenso. En su opinión, si los países toman en cuenta el panorama previo y las posiciones que ya se han discutido de cara a la conferencia, verán que es muy difícil que se puedan dar despliegues comerciales de servicios móviles en esta banda de frecuencias.