De las dos compañías que ya ofrecen 5G en Colombia, Claro lideró en el despliegue al tercer trimestre de 2024, con mil 139 sitios, mientras que la Unión Temporal Movistar-Tigo contaba con 214, revelaron cifras de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) en su más reciente informe Tendencias en el desarrollo de redes móviles 5G.
En total, habían desplegados mil 353 sitios 5G, 186 más que en el trimestre anterior. La mayor parte del despliegue en Colombia se ha realizado en zonas urbanas y se mantienen los retos para lograr la cobertura rural que se han propuesto el gobierno y los operadores.
La CRC advierte que el rezago en la implementación de la tecnología 5G que experimenta Colombia es una alerta “sobre la necesidad de desarrollar una estrategia temprana en la que se establezcan las palancas facilitadoras, desde las posibilidades de la regulación y sus facultades, para promover despliegues de redes 5G SA”.
Dentro de los apartados que destaca el documento se encuentra uno sobre la convergencia de múltiples tipos de tecnologías presentes en la cadena de valor productiva de las organizaciones, como Machine Learning, Inteligencia Artificial (IA), Internet de las cosas (IoT) y robótica, entre otros. Para lograr estos desarrollos es indiscutible el uso de redes 5G que habilitan la cuarta revolución industrial y permiten un aumento de la eficiencia, la productividad y flexibilidad en los procesos productivos.
“La tecnología 5G está impulsando la Industria 4.0 al permitir conexiones más rápidas, baja latencia y mayor capacidad para dispositivos IoT y sistemas autónomos. Con el fin de dar a conocer los avances en cuanto a los casos de uso y potencialidades de la tecnología 5G en el sector productivo, múltiples estudios a nivel internacional han clasificado sus aplicaciones de acuerdo con la vertical industrial, o segmento de mercado, en el cual se desarrollan”, detalla el informe.
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Al analizar el impacto económico de 5G para algunos países de la región se encuentra que, de continuar el despliegue como se ha realizado hasta ahora, el mayor beneficio sería para Brasil, con 26 mil millones de dólares adicionales en 2030, seguido por México y Argentina con 13 mil millones y 8 mil millones, respectivamente.
En su informe, la CRC también destaca las medidas que han facilitado la expansión de redes de nueva generación en el país, como una resolución que actualiza las condiciones de uso, remuneración y acceso a la infraestructura eléctrica para la prestación de servicios de telecomunicaciones, y otra que amplía el conjunto de infraestructuras consideradas elegibles para el despliegue de las redes de telecomunicaciones, regulando las condiciones y procedimientos para acceder a las mismas, contribuyendo así a la utilización más eficiente de los recursos y una reducción de costos para los operadores.
Desafíos en materia política y regulación
Si bien el panorama de las redes 5G en el mundo, en la región y en Colombia es prometedor, se mantienen algunos desafíos para robustecer su infraestructura.
Al respecto la CRC, califica como “prioritario” abordar cuatro aspectos fundamentales. El primero es sobre la asignación y gestión del espectro, para garantizar la disponibilidad del espectro y que su asignación se realice de manera eficiente para satisfacer la creciente demanda de servicios 5G.
El segundo es el despliegue de infraestructura, que incluye antenas, estaciones base y fibra óptica, por lo que se requieren mecanismos de coinversión, como redes neutras, asociaciones público-privadas y la compartición de infraestructuras, para facilitar este despliegue, como lo destaca la Estrategia Nacional Digital.
La seguridad y confianza digital es el tercer aspecto que se debe atender, pues con el incremento de dispositivos conectados y la sensibilidad de las aplicaciones habilitadas por 5G, se necesitan estándares sólidos de seguridad y privacidad para proteger la información y la infraestructura. Esto significa implementar medidas que salvaguarden los datos personales y corporativos frente a posibles amenazas cibernéticas.
El último punto es la inversión y sostenibilidad, ya que el despliegue de 5G requiere inversiones significativas en infraestructura y tecnología. En este aspecto, las empresas de telecomunicaciones deben asegurar la viabilidad financiera de estos proyectos, lo que puede ser un desafío en mercados con márgenes ajustados, por ello se enfatiza la creación de alianzas público–privadas y diversificar las fuentes de ingresos orientados al desarrollo de casos de uso en diferentes verticales de la industria.