Barcelona impulsará el diseño de un procesador de supercomputación europeo

El BSC busca minimizar el “alto grado” de dependencia en la tecnología fabricada en Estados Unidos y China

El País-Jordi Pueyo

El nuevo superordenador, que acogerá Barcelona a finales de 2020 financiado por la Comisión Europea, tendrá una parte dedicada a la investigación de nuevos procesadores. “Europa, por seguridad y por soberanía, no puede seguir con el alto grado de dependencia que tiene respecto a las tecnologías de computación fabricadas en otros países”, ha afirmado el director del Barcelona Supercomputing Center (BSC), Mateo Valero.  Sin especificar su nombre, Valero se ha referido al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, como un “loco” que, tras vetar a la china Huawei en su país, podría entorpecer en un futuro los avances del viejo continente en ámbitos como la tecnología 5G, la inteligencia artificial o el coche autónomo. Actualmente el superordenador que está en funcionamiento utiliza procesadores de la empresa norteamericana Intel.

EuroHPC, la red europea de supercomputación, ha aceptado financiar una nueva fase de un proyecto del BSC centrado en un prototipo de procesador basado en la arquitectura RISC V, nacida en la Universidad de Berkeley (California) pero “creada por un español”, ha matizado Valero. RISC V es un sistema de código abierto. El proyecto, incluido en los 223 millones que se destinarán a la compra y la gestión del MareNostrum V, contribuirá a que no se tenga que comprar al extranjero el hardware de los futuros superordenadores, a partir de 2025. El BSC tiene un papel destacado en la llamada European Procesor Initiative que, liderada oficialmente por la compañía Atos y con el aval de la Comisión, trabaja para conseguir un procesador made in Europe.

Durante la rueda de prensa tras la resolución de las primeras ayudas europeas para financiar supercomputadores, el director general de Redes de Comunicación, Contenido y Tecnología de la Comisión, Roberto Vitola, ha celebrado que los nuevos computadores servirán para situar a Europa en la primera liga mundial de la medicina personalizada, la protección del medioambiente y a la tecnología cuántica. En la misma línea se ha expresado la consejera de Empresa y Conocimiento de la Generalitat, Àngels Chacón, que se ha referido a la gran calculadora como el “campo para jugar”.

“La ciencia no es un gasto, es una inversión para que España sea un país más rico y con mayor bienestar”, ha declarado la secretaria de Estado de Universidades, Investigación y Desarrollo, Ángeles María Heras. “No seré tan extremista como Valero, pero entre Estados Unidos y China lo tenemos complicado”, ha añadido sonriendo la representante del ministerio de Ciencia, que ha recalcado que España “tiene capital humano”. Heras ha elogiado la iniciativa europea de unir esfuerzos — la candidatura de Barcelona tenía el apoyo de Turquía, Croacia, Portugal e Irlanda— y en este punto se ha referido también al “éxito” en la coordinación del Gobierno, la Generalitat y la UPC para la gestión el BSC.

El pasado viernes la Comisión Europea anunció que financiaría la mitad del coste de tres superordenadores llamados exaescala, los más rápidos que existen actualmente. Se instalarán en España, Finlandia e Italia. El otro 50% lo financiaran los estados. En el caso del de Barcelona, se creará a finales de julio un consorcio para gestionar la infraestructura en el que se integrarán Turquía, Croacia y Portugal. Irlanda, que expresó su apoyo político, está estudiando si se suma o no.

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