Como lo establece el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 690, el gobierno de Argentina anunció la Prestación Básica Obligatoria y autorizó a las empresas a subir los precios sólo un 5 por ciento a partir de enero. El descontento de la industria suma un nuevo capítulo.
El viernes, el Jefe de Gabinete de Ministros, Santiago Cafiero, presentó la PBU (Prestación Básica Universal Obligatoria) para los servicios de comunicaciones móviles, telefonía fija, conexión fija a Internet y TV por suscripción, con el objetivo de favorecer la universalización del acceso por parte de los sectores con menores ingresos y la población vulnerable, estimada en más de 10 millones de argentinos.
La PBU estará destinada a jubilados y pensionados, trabajadores en relación de dependencia y monotributistas que cuenten con una remuneración inferior a dos salarios mínimos; beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo; inscriptos al monotributo social; beneficiarios del seguro de desempleo; clubes de barrio; entidades de bien público; asociaciones de bomberos voluntarios; entre otros.
La prestación básica incluye un plan de telefonía fija (con 300 minutos de llamadas locales y larga distancia nacional a 380 pesos), telefonía móvil (500 minutos libres a misma compañía, 50 minutos a otras compañías, y 500 SMS, a 150 pesos), paquete de datos móviles (uno por 200 pesos mensuales que incluyen 1 GB, y el otro por 18 pesos por día por 50 MB).
En cuanto al servicio de Internet y el de TV de paga, habrá diferencias según el tamaño del operador. Por ejemplo, los prestadores de Internet que cuenten con más de 50 mil abonados deberán ofrecer 10 Mbps a 700 pesos en el Área Metropolitana de Buenos Aires, y 5 Mbps al mismo precio en el resto del país. Mientras que los que tengan entre 2 mil y 50 mil abonados podrán ofrecer 5 Mbps por 700 pesos y los de menos, 2 Mbps por 600 pesos.
Los operadores de TV de paga que cuenten con más de 500 mil abonados tendrán que ofrecer un descuento del 40 por ciento sobre el plan de menor valor, y los que tengan entre 100 mil y 500 mil clientes, el descuento que tendrán que hacer es del 35 por ciento.
Por otro lado, a través de la resolución 1466/20 publicada en el Boletín Oficial, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) autorizó a los licenciatarios de servicio de Internet, TV de paga, telefonía fija y móvil, a aumentar un 5 por ciento los precios a partir de enero próximo. Se trata del primer aumento en un año que pueden hacer las telcos, cuando la inflación anual promedió cerca del 30 por ciento.
La norma aclara que los operadores que poseen menos de 100 mil accesos pueden aumentar el 8 por ciento.
Además, señala que “cualquier pretensión particular de incremento de un porcentaje superior a los establecidos deberá solicitarse con carácter excepcional y fundarse debidamente a través de documentación fehaciente”.
Peligros que ve la industria
Para las grandes empresas, el alza del 5 por ciento no es suficiente para cubrir los costos operativos de la industria; para las chicas, el porcentaje de 8 por ciento podría significar un riesgo de subsistencia.
Telecom Argentina sostuvo que la reglamentación “está destruyendo la ecuación económica de las empresas TIC, poniendo en riesgo la calidad de los servicios que prestan, su desarrollo, sus miles de puestos de trabajo directos e indirectos y con consecuencias en muchos casos, irreversibles”.
“Un aumento del 5 por ciento no nos permite seguir trabajando como lo hicimos hasta ahora”, afirmaron desde el operador.
En un comunicado, la Cámara Argentina de Internet (Cabase) sostuvo que “la fijación arbitraria de precios y porcentajes de aumento sin un análisis pormenorizado y criterioso de la estructura de costos, como la que se ha hecho en forma inconsulta y a las apuradas, obliga a los ISPs a vender a pérdida, porque no es un dato menor que es una industria en la que la gran mayoría de los costos son en dólares”.
“Entendemos perfectamente la necesidad de que la gente pueda acceder a la conectividad, pero no puede ser a costa de la subsistencia de las pequeñas empresas y emprendedores. Con la inflación acumulada durante el año y una devaluación de más del 30 por ciento en el valor del dólar oficial, estos aumentos no son suficientes para sostener ni siquiera la estructura de costos de los servicios de Internet, mucho menos generar una rentabilidad mínima que permita afrontar las inversiones que las redes necesitan para seguir operando”, agregó la Cámara.