Argentina | Cambios en el Ministerio de Economía podrían acelerar la licitación 5G

El nombramiento de Sergio Massa como nuevo “Superministro” de Economía podría fortalecer al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), dada su cercanía política con el Presidente del regulador, Claudio Ambrosini, hombre de su máxima confianza. Con el padrinazgo de Massa, Ambrosini podría avanzar en su objetivo de realizar la licitación de espectro para 5G antes de las próximas elecciones. Un concurso que aportaría dólares a la maltrecha economía del país, como busca el nuevo ministro, y que contribuiría positivamente a las posibles aspiraciones presidenciales de Massa para 2023.

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El nuevo Ministro de Economía, Sergio Massa, junto al Presidente del Enacom, Claudio Ambrosini, en la muestra 5G. Marzo 2021

Argentina está tan acostumbrada a cambios abruptos en el Ministerio de Economía, derivados de sus constantes dificultades macroeconómicas. Y eso fue lo que pasó en el último mes. A principios de julio renunció el ministro de Economía que designó el presidente Alberto Fernández al asumir: Martín Guzmán, quien había sido encargado de renegociar la deuda con los bonistas internacionales y el FMI. La situación inestable del gobierno, la salida de Guzmán y el nombramiento de Silvina Batakis generaron una fuerte desconfianza en los mercados que disparó el riesgo país y produjo una fuerte devaluación del peso en el mercado paralelo (en tres semanas, el dólar blue subió 100 pesos, pasando de 238 hasta casi 330 pesos).

La situación generó pérdida de reservas del Banco Central, mayor inflación en julio y crecientes dificultades para importar (la inflación interanual en Argentina es de 36% en junio), con lo que se incrementó la urgencia del Gobierno por aumentar el ingreso de divisas. En este contexto, Alberto Fernández buscó calmar la corrida cambiaria con el apoyo de un hombre fuerte en el frente gobernante, Sergio Massa, quien hasta ahora era el presidente de la Cámara de Diputados y líder de una de las fuerzas políticas de la coalición gobernante, el Frente Renovador.

El presidente no sólo le entregó a Massa el Ministerio de Economía (aún no asumió porque primero debe presentar la renuncia a la banca en el Congreso y además se debe modificar la Ley de Ministerios), sino que también fortaleció esa cartera creando un “Superministerio” que incluye también Producción y Agricultura, que antes eran ministerios separados. Esta es una de las medidas que está tomando el gobierno para frenar la crisis de una administración que tiene poco margen de acción. El nombramiento de Massa el jueves por la tarde hizo estabilizar al mercado y aumentó la cotización del peso.

Massa fue candidato presidencial en 2015 con una fuerza política separada del peronismo oficialista y volvió a la coalición para las elecciones de 2019. Representa un peronismo más moderado, liberal y pro mercado, y es uno de los potenciales candidatos para 2023. Quienes le rodean apuntan a que su intención es que Argentina genere mayor entrada de divisas. El país mira sobre todo a la agroindustria, pero la licitación 5G puede ser otra puerta de entrada de dólares en la agenda de Massa, siendo que controla políticamente al regulador de telecomunicaciones.

Respecto del sector, otro de los cambios que trajo el nombramiento de Massa fue que Jorge Neme, el vicejefe de gabinete y máximo responsable de las políticas de telecomunicaciones (de él dependía la subsecretaría de Telecomunicaciones y Conectividad), ocupará ahora un cargo en el Ministerio de Economía. Según publicaron medios locales, el reemplazo de Neme es el jefe de asesores del presidente Alberto Fernández y uno de los hombres de más confianza del primer mandatario, Juan Manuel Olmos. Olmos también ocupará el cargo de secretario de Coordinación Presupuestaria y Planificación del Desarrollo, de donde se desprende Telecomunicaciones. Hasta el momento, no se conoce qué pasará con la Subsecretaría de Telecomunicaciones que dirige Mateo Gómez Ortega desde hace sólo tres meses.

Así, el pase político de Massa a Economía, con mayores atribuciones, fortalece al Enacom, ya que el presidente del regulador, Claudio Ambrosini, está vinculado políticamente a Massa. Ambrosini estaría decidido anotar en su hoja de gestión la licitación 5G, para dar una imagen de avance tecnológico que sirva políticamente a Massa en sus aspiraciones presidenciales. El Enacom siempre tuvo la subasta 5G entre sus objetivos prioritarios: hace más de un año hizo una muestra de la tecnología en sus oficinas, a finales del año pasado identificó las frecuencias, y lo colocó en su hoja de ruta para los próximos dos años.

Pero durante todo este tiempo, en el Ejecutivo se mostraron distantes sobre la posibilidad de realizar una licitación. Consultado por DPL News, Gómez Ortega dijo en mayo pasado sobre 5G: “Vamos a trabajar en eso, no puedo asegurar que sea en lo inmediato. Jorge Neme dijo que la prioridad para nosotros es que el 4G llegue a todos los hogares. 5G es algo que está en desarrollo y no creo que sea en el corto plazo, pero debemos ir planificando el próximo paso”. Es que el Gobierno estuvo más entretenido en impulsar, defender y luego ver cómo dar marcha atrás con el Decreto de Necesidad y Urgencia DNU 690, que paralizó los precios de los servicios de telecomunicaciones en una economía hiperinflacionaria, perjudicó las inversiones y los ingresos de los operadores y dejó en una situación precaria que sostiene las actualizaciones tarifarias sobre la base de amparos judiciales, los cuales están recurridos por la autoridad pública en la Suprema Corte de Justicia.

Ambrosini hace malabares para comandar el sector entre las necesidades de los operadores, las exigencias políticas del ala nacionalpopulista del gobierno y los intereses de su propia familia política. Y en este contexto se ficharon positivos avances para las telecomunicaciones del país, como la asignación a demanda de la banda 2.6 GHz, que busca definir el uso para la banda de 6 GHz y mantiene un perfil moderado en el conflicto por el control de precios decretado por el DNU 690.

En definitiva, con el fortalecimiento de Massa, la necesidad de que ingresen dólares y de tener buenas noticias en 2023 en una economía muy golpeada podrían hacer realidad la posibilidad de que la licitación se lleve a cabo. Otra discusión será que las condiciones de la subasta sean accesibles en términos de pago por espectro y/o obligaciones de despliegue.