América Latina, rezagada en identificación y asignación de espectro para 5G

Los diferentes países de la región avanzan de manera dispar; únicamente Uruguay cuenta con su red de quinta generación. Las bandas de 2.5 y 3.5 GHz están subutilizadas y tendrán que aprovecharse para desarrollar la nueva red: 5G Americas.

América Latina aún se encuentra en etapas iniciales en la identificación de bandas altas y medias para Telecomunicaciones Móviles Internacionales (IMT, por sus siglas en inglés). El desarrollo en los diferentes países es dispar; mientras en algunos se encuentran investigando, Uruguay tiene la vanguardia regional, con su red 5G que utiliza la banda de 28 GHz.

De acuerdo con el reporte Espectro en América Latina y el Caribe Para 5G: Bandas Medias y Altas de 5G Americas, la región también está rezagada en la entrega de espectro a operadores, pues se encuentra por debajo de los 1,300 MHz que valoró como necesarios la Unión Internacional de Telecomunicaciones para 2015.

A la fecha, la región sólo tiene 379.2 MHz asignados aproximadamente, lo equivalente a 29.2 por ciento del total estimado. Para 2020, la UIT considera que se requerirá entre 1,280 y 1,720 MHz.

Varios mercados esperan las decisiones que serán tomadas en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones, a realizarse a finales de año en Egipto, para dar sus siguientes pasos respecto al espectro, señaló la asociación.

En tanto, Brasil, Colombia y Uruguay ya registraron la banda de 25.25-27.5 GHz en la compañía Citel. Otros reservaron la banda de 2.3 GHz y algunos más ya la catalogaron para ser usada en los servicios móviles, aunque aún no se encuentra en proceso de licitación.

Pese a que el espectro de 2.5 GHz fue destinado a servicios de televisión de paga, transmisión de datos y acceso a Internet, está subutilizado debido a factores como el negocio, la evolución tecnológica o de su disponibilidad a escala, puntualizó 5G Americas. Sólo algunos operadores están desplegando servicios LTE en esta banda.

De frente a la red de quinta generación, otro reto en América Latina es poder aprovechar la banda de 3.5 GHz, que es subutilizada en varios países, además de fragmentada porque fue asignada con licencias nacionales y regionales.

En las décadas de 1990 y 2000, se había contemplado para fomentar la competencia entre los proveedores de cable y contribuir a la última milla de telefonía inalámbrica, pero ahora se debe desarrollar su potencial para impulsar la 5G, concluyó la asociación.

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