5G está despegando en América Latina. El año pasado, se realizaron las tres primeras subastas de espectro con bandas de frecuencias indispensables para esta tecnología en Chile, República Dominicana y Brasil.

Los principales operadores móviles ya están prestando servicios de quinta generación, o se preparan para hacerlo muy pronto. Una de las principales empresas del mercado, América Móvil, anunció que planea lanzar sus redes 5G este año. En México, el servicio está disponible desde el 28 de febrero.

Así, otras tantas compañías alistan la implementación de 5G. En entrevista con DPL News, Rodrigo Jiménez, vicepresidente de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sustentabilidad para Europa, África y América Latina de American Tower, explica cuáles son los ingredientes que se requieren para impulsar el despliegue.

Jiménez considera que la región puede realizar una receta exitosa con 5G si se promueve, al mismo tiempo, la instalación de fibra óptica, la densificación de celdas pequeñas, la creación de centros de datos, una política pública facilitadora y colaborativa, y se incentiva la compartición de infraestructura.

DPL News: Buena parte de las perspectivas de crecimiento de American Tower se basan en 5G. ¿Qué condiciones se necesitan en la región y en cada país para propiciar el desarrollo de este mercado en los próximos años? 

Rodrigo Jiménez (RJ): El ritmo del despliegue de 5G será diferente en cada país, de acuerdo con sus asignaciones de espectro e inversión por parte de los operadores. Está claro que esta tecnología traerá aparejada una necesidad de incrementar no sólo la cantidad de sitios existentes, sino también de otra infraestructura necesaria como los centros de datos, mucha más fibra óptica, celdas pequeñas, entre otras, que irán configurando todo el ecosistema tecnológico 5G.

Es importante señalar que hay regiones en diferentes países en América Latina que aún utilizan redes 3G, por lo que el servicio llega a ser mucho más lento, comparado con la calidad y velocidad que ofrece el 4G, por lo que no es sólo el salto hacia el 5G sino también seguir atendiendo esas brechas existentes a nivel de redes.

DPL: ¿Qué retos presenta la región para convertirse en un escenario propicio para 5G?

RJ: Respecto a la infraestructura que se requiera para el 5G, recientemente American Tower encargó un estudio a la consultora SmC+ Digital Public Affairs, que concluyó que para asegurar el desarrollo de 5G en la región hacia 2030 se necesitarán más de 550 mil nuevos sitios en toda América Latina, algo así como cuatro veces la cantidad actual, lo que representa una inversión calculada en 17 mil millones de dólares.

Considerando que estos nuevos sitios serán torres pero también serán small cells, será fundamental contar con esquemas de compartición de sitios, la disponibilidad de espacios públicos y acuerdos con otros actores, para lo cual será imprescindible el rol de la política pública a través de la coordinación entre distintos niveles de gobierno.

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DPL: ¿Cómo visualiza el entorno regulatorio y de política pública en América Latina para el despliegue de torres y otra infraestructura de telecomunicaciones? ¿Qué barreras y oportunidades identifica? 

RJ: A pesar de que la industria ha impulsado por varios años la importancia que tiene el tema regulatorio para desplegar infraestructura, en América Latina hemos avanzado muy poco.

Un desafío común a nivel global, y en particular en América Latina, está relacionado con las competencias que existen en los distintos niveles de gobierno nacional, regional y municipal para decidir sobre los permisos o habilitaciones para la instalación de infraestructura.

Así, vemos que en muchos casos para el otorgamiento de permisos se impone la normativa municipal por sobre la nacional o federal, que es la que generalmente tiene competencia sobre la prestación de los servicios de telecomunicaciones o Internet. Esto hace que muchos gobiernos centrales vean interferidas sus políticas de agenda digital o de ampliación de la conectividad por decisiones de tipo local poco previsibles, burocráticas y hasta, en ocasiones, discrecionales.

DPL News: ¿Qué mercados tomarían como ejemplo en cuanto a las reglas para expansión de infraestructura en telecomunicaciones? ¿Por qué?

RJ: Afortunadamente, varios países han adoptado medidas para intentar revertir esta cuestión, como regulaciones específicas sobre despliegue de infraestructura, el silencio administrativo positivo o instrumentos como la “ventanilla única” para simplificar y agilizar trámites, aunque sigue siendo un desafío lograr homogeneizar su aplicación entre los gobiernos subnacionales.

Hay sin duda casos de éxito, pero la tarea debería ser replicar en lo posible estos en el resto de los niveles subnacionales, tema que al 2022 sigue siendo tarea pendiente. Entre los casos de éxito que hemos detectado, Perú se destaca por contar con un régimen de expansión de infraestructura que ha hecho posible un acelerado avance en la cobertura de Internet y servicios móviles en los últimos 10 años.

También, la Ley de Antenas de Brasil, que incorpora el silencio administrativo positivo y la simplificación para la instalación de infraestructura de menor porte, está siendo replicada por varios estados y municipios de ese país.

DPL: Para 2022, ¿qué inversiones planean realizar en América Latina y cuáles serán sus mercados estratégicos? 

RJ: Concluimos en 2021 una de nuestras más grandes adquisiciones con la compra de Telxius, que implicó una compra de un amplio portafolio en España, Alemania, Brasil, Perú, Chile y Argentina. 2022 será un año de consolidación de nuestro core business, pero también de diversificación, pues avanzamos cada vez más rápido en poner a disposición de nuestros clientes diferentes soluciones para crear todo un ecosistema de infraestructura digital con la huella de American Tower.

DPL: American Tower cuenta con prácticamente la misma cantidad de sitios en Brasil que en los otros siete países de América Latina en los que tienen presencia en conjunto. ¿Qué condiciones locales generaron su expansión?

RJ: Brasil es un mercado muchísimo mayor en términos de población y de demanda de servicios móviles y fijos. El crecimiento de American Tower en todos los mercados se da tanto en forma orgánica como a través de adquisiciones. En el caso de Brasil, ingresamos adquiriendo activos de tres compañías de infraestructura y cinco operadores móviles.

A partir de entonces, se creció orgánicamente con la construcción de más de 3 mil 500 sitios. Adicionalmente, en 2018 adquirimos los activos de fibra óptica de CEMIG Telecom y ese mismo año lanzamos comercialmente una red de Internet de las cosas basada en la tecnología LoRaWAN.

DPL: ¿Qué retos vienen para la modernización de las plataformas de infraestructura de empresas especializadas en torres ante una mayor demanda? ¿Cuál será el diferenciador de American Tower?

RJ: La creciente demanda seguirá requiriendo colocar más equipo activo en infraestructura existente, e incluso más sitios en aquellas zonas donde exista saturación, a fin de que los operadores puedan ofrecer un mejor servicio.

En un escenario de alta densificación, replicar redes puede ser económicamente ineficiente, creando barreras de entrada infranqueables para nuevos jugadores y teniendo un impacto no deseado en el medio ambiente.

En ese sentido, el diferenciador de American Tower es ofrecer el modelo de compartición de infraestructura pasiva, que cuenta con varias ventajas: menores costos para los operadores móviles y, por tanto, la liberación de capital para que ellos puedan invertir en redes existentes, nuevos servicios y para cancelar deudas financieras. Asimismo, ofrece una implementación con menores costos y en menor tiempo.

Finalmente, presenta ventajas para el sector público, pues la compartición puede reducir el gasto público en infraestructura, al evitar duplicaciones innecesarias de redes y múltiples obras civiles, reduciendo el impacto urbanístico. 

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DPL: Hoy la industria de telecomunicaciones está comprometida con ser más sustentable y contribuir al combate del cambio climático. Desde el punto de vista de la infraestructura, ¿qué medidas y modelos se pueden impulsar para lograr un equilibrio entre la evolución tecnológica y la sustentabilidad? 

RJ: Para American Tower, el concepto de sustentabilidad va más allá del combate al cambio climático. También se relaciona con la ética en nuestro negocio y con las necesidades de las comunidades en la que está desplegada nuestra infraestructura.

A nivel América Latina, trabajamos para ir reduciendo nuestra huella de carbono a través de una diversidad de proyectos, como lo son la aplicación de sistemas híbridos de energía con base en paneles solares, por ejemplo, y analizamos cada mercado energético local para evaluar la incorporación de fuentes de abastecimiento renovables.

Por otro lado, en aquellos temas relacionados con las comunidades, nos hemos comprometido en ampliar nuestro programa Comunidades Digitales, enfocado en contribuir a la reducción de la brecha digital, por medio de conectividad y herramientas que permitan ampliar servicios educativos, de salud, financieros y la mejora de proyectos productivos locales. En concreto, nos hemos propuesto la meta de establecer, en los próximos cinco años, cerca de 200 Comunidades Digitales sólo en América Latina.